El coaching busca la reflexión. Es un proceso interactivo entre el coach y la persona, facilitando su reflexión, incorporando aprendizajes, estimulando el pensamiento, identificando el objetivo/meta que se quiere alcanzar y conociendo las capacidades que tiene o que le faltan para conseguirlo. Su origen se remonta al mundo del deporte (los entrenadores que alientan a sus jugadores para que den lo mejor de ellos). A nivel empresarial, empezó a utilizarse en los años 80, siendo una herramienta habitual de mejora en muchas organizaciones del mundo.
El coaching busca aumentar la proactividad y la motivación de las personas. Por ello, el coach debe estar invitando (nunca coaccionando) a que el oyente realice acciones enfocadas a la transformación buscada.
Aplicado a la prevención de riesgos laborales, el coaching busca una transformación, una mejora en los aspectos relacionados con la concienciación de los trabajadores (mayor uso de EPIs, cumplimiento de la normativa), que se verá plasmada en una reducción de la siniestralidad gracias a una preparación y acondicionamiento específico desde la acción preventiva.
Normativas internacionales, como la ISO 45001, dan una gran importancia al liderazgo y ejemplo de la dirección para asegurar la correcta gestión preventiva, favoreciendo así que los trabajadores asuman la prevención como un aspecto clave en sus actividades diarias. Es necesario despertar en el equipo directivo (desde los gerentes hasta los responsables de cada departamento) un espíritu preventivo, es decir es necesario hacerles comprender la importancia que tiene la prevención para el éxito de su trabajo. En esto, la combinación entre la formación preventiva y el coaching es esencial para que estos responsables descubran las ventajas de llevar a cabo medidas preventivas y el ahorro económico que realmente tienen para la empresa. Durante el proceso de coaching debe buscarse la mejora de la capacidad de liderazgo de la persona.
Junto a ello, las normas internacionales exigen que la empresa establezca herramientas para la consulta y participación de los trabajadores. Si una empresa es realmente exigente en este aspecto y se preocupa por la opinión de sus empleados, será consciente, como dice el refrán, de que “una persona sin información es una persona sin opinión”, dotándole de las herramientas necesarias para obtener la información (entre las que radica una buena acción formativa, basada en el coaching y unos buenos canales de comunicación).
Es necesario, por lo tanto, impartir una formación de calidad, no sólo enfocada a conocer los riesgos y medidas preventivas, sino especialmente a concienciar para que todos los trabajadores las lleven a cabo de forma rigurosa y comprometida. Tradicionalmente, esta formación se realizaba transmitiendo distintos conocimientos, tanto a nivel presencial como online. Esto permitía la adquisición de conocimientos, pero no su interiorización.
Como conclusión, es necesario resaltar la necesidad de realizar un coaching preventivo para que los trabajadores puedan llevar a la práctica todos los conocimientos adquiridos mostrando disciplina, compromiso y motivación en sus actividades diarias. Por ello, en Bureau Veritas Formación, conscientes de las amplias necesidades formativas en materia de prevención de riesgos laborales, desarrollamos cursos personalizados en los que se fomenta la concienciación real del trabajador, con el objetivo de mejorar la cultura preventiva de nuestro alumnos (empresas-clientes y particulares). El objetivo final es alcanzar la motivación del conjunto de los trabajadores para que cumplan diariamente con los requisitos y objetivos de prevención establecidos.
