¿Cuidamos de nuestra salud mientras trabajamos? ¿Somos realmente conscientes de los riesgos que corremos? ¿Tomamos las precauciones necesarias para tener una vida profesional saludable? Según el INE, las dos cosas más importantes para los españoles son la salud y la familia.
Y, pese a que respondemos de forma sincera, la realidad es que tendemos a descuidar nuestra salud, en gran parte porque la conciliación laboral nos limita más de lo que nos gusta reconocer.
Según la Organización Internacional del Trabajo, cada año 160 millones de personas sufren enfermedades relacionadas con el trabajo. Al dedicar más horas a trabajar que a nuestro tiempo libre, tendemos a dejar la gestión de nuestra salud en un segundo plano. De hecho, según un estudio realizado por Sanitas en colaboración con la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), el 61% de los españoles ha dejado de acudir al médico en alguna ocasión por falta de tiempo, un 45% ha dejado de realizarse analíticas, un 43,5% ha abandonado algún tratamiento y el 42,7% ha dejado de comprar medicamentos.
Además, según la “Encuesta Europea de condiciones de Trabajo” de 2015, el 38% de los españoles cree que el trabajo afecta de forma negativa a su salud y solo el 8% cree que contribuye de forma positiva.
Para evitar que el trabajo tenga un impacto negativo en nuestra salud, todas las compañías están obligadas a informar a los empleados sobre cómo prevenir los riesgos laborales que puedan surgir durante el desempeño de sus funciones. Sin embargo, las empresas debemos dar un paso hacia delante y adoptar un papel todavía más activo en la promoción de hábitos de vida saludables, creando programas de prevención y fomentando hábitos que favorezcan su salud.
En este sentido, las empresas cada vez son más conscientes de que promover la mejora de la salud de los empleados es una responsabilidad ineludible y que genera beneficios tanto para el empleado como para el empleador. Y es que, las compañías que mantienen un entorno de trabajo saludable consiguen reducir el absentismo un 27% y descienden la posibilidad de padecer enfermedades.
Actualmente, en España, los trastornos mentales son la segunda causa de baja por incapacidad temporal y por si fuese poco, el riesgo de recaída de una depresión es del 80%, por lo que el riesgo de necesitar asistencia sanitaria de nuevo y de ausentarse del puesto de trabajo es muy elevado.
Desde Sanitas defendemos que el trabajo también puede ser una fuente de salud. Los logros nos emocionan de una forma positiva y los errores nos afectan negativamente. El estrés y las preocupaciones laborales interfieren en nuestra salud. Es más, la mitad de los empleados europeos consideran que el estrés es un elemento común en sus lugares de trabajo. Sabiendo todo esto, ¿cómo no nos vamos a esforzar desde las compañías por ofrecer a los empleados nuevas alternativas que mejoren sus hábitos de vida?
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