¿Por qué es fundamental utilizar un calzado adecuado a cada actividad laboral?
Estamos en una sociedad donde la especialización de las actividades es cada día mayor y donde se busca la mayor eficiencia en su realización. No todos los trabajos presentan los mismos riesgos inherentes y el calzado laboral es un elemento fundamental a la hora de prevenir y evitar lesiones, por lo que debería ser lo más adecuado posible a cada actividad profesional. Este calzado tiene que adaptarse a las necesidades del entorno de trabajo y a las exigencias del ejercicio del trabajador.
¿Cuáles son los requisitos básicos que debe incluir el calzado laboral?
El calzado laboral, como cualquier otro dispositivo de protección individual, debe adecuarse a la normativa vigente. Más allá de la obligatoriedad, hay que tener en cuenta otros factores que mejoren el confort como, por ejemplo, el diseño ergonómico, el uso de materiales técnicos, etc.
Es muy importante el corte -la mayoría de veces, deben ser de materiales naturales como el cuero o de un tejido transpirable-. Incluso, en determinados sectores, es preciso utilizar materiales concretos adaptados a las necesidades de ese ejercicio profesional. La zona de la puntera debe poder albergar los dedos de modo que no sufran roces y permita moverse libremente con punteras de protección (esto es especialmente importante). Si los zapatos son acolchados adecuadamente, el usuario no debería sentir la puntera en absoluto. Respecto a la suela, tiene que ser de un material con una buena amortiguación, antideslizante, resistente a la abrasión y muchas veces contará con un sistema antiperforación. El sistema de cierre más adecuado es el acordonado, si bien el uso de velcro es una opción interesante. Por último, hay que destacar la presencia de una plantilla desmontable que permita su rápida sustitución por otra realizada a medida cuando el trabajador lo requiera por la presencia de cualquier alteración en el pie.
Un calzado laboral específico y unos pies saludables, ¿en qué medida mejora la productividad de la empresa y el rendimiento del trabajador?
El pie soporta todo nuestro peso corporal, nos permite desplazarnos y realizar nuestro trabajo. El equilibrio emocional del empleado puede verse afectado si sus pies son sometidos a presiones, fricciones u otros elementos que causen malestar físico.
Un trabajador que siente dolor en los pies puede tener una disminución de su estado de alerta y ser más propenso a actuar de manera insegura, pudiendo sufrir un accidente de trabajo, como un aplastamiento, perforación, etc. Junto a esto, problemas de callos, uñas encarnadas o pies cansados suelen ser muy comunes. Aunque estos no son considerados accidentes laborales, es posible que originen consecuencias graves para la salud y la seguridad en el lugar del ejercicio profesional, porque un dolor en los pies es posible que limite la productividad y concentración.
¿Cuáles son las principales patologías que afectan a los pies de los trabajadores? ¿Qué profesiones presentan un mayor número de dichas enfermedades?
Como he apuntado anteriormente, podemos dividir las patologías en dos grupos diferenciados: por un lado, nos encontramos con problemas en los pies muy comunes como callos, durezas, dolores en los pies, etc., y por otro, están las patologías que son propias de determinados sectores como aplastamientos, cortes o quemaduras -estas últimas producen un mayor número de incapacidades y bajas laborales, además de causar secuelas graves-.
El calzado laboral, como cualquier otro dispositivo de protección individual, debe adecuarse a la normativa vigente
Es difícil definir qué profesionales sufren mayor número de enfermedades porque, si bien en sectores como el de la construcción, metal, etc., el trabajo tiene una mayor peligrosidad y sufren patologías graves, existen otros como el de la limpieza o la hostelería, donde aparecen dolencias más banales pero que pueden llegar a provocar la incapacidad del empleado.
Ante lesiones laborales en los pies, ¿qué tratamientos se aplican?
El tratamiento dependerá del tipo de lesión al que nos enfrentemos. Por ejemplo, podemos realizar una quiropodia para retirar callos o hiperqueratosis que son durezas que provocan molestias e incapacidad para andar, sobre todo en la zona del antepié. En otro tipo de patologías, aplicamos tratamientos ortopédicos como el uso de plantillas que redistribuyen las cargas en el pie o férulas que inmovilizan la zona afectada pero que permiten al paciente deambular libremente. Por último, no hay que olvidar el uso de los tratamientos farmacológicos, físicos o mecánicos, como vendajes, ultrasonidos, etc. Lo más eficiente para alcanzar el éxito en la resolución del problema es la utilización sinérgica de varias de estas opciones.
Un trabajador que ha sufrido un accidente laboral que ha dañado sus pies, ¿qué soluciones encuentra en las plantillas?
El uso de plantillas personalizadas individualmente mejora la biomecánica, es decir, la marcha del paciente. Además, es muy interesante que su utilización no limita su actuación a la zona del pie o tobillo, sino que puede tener efectos en la columna vertebral, por lo que después de realizar una exploración minuciosa del paciente es posible tratar patologías que en un principio no se pensó que estaban relacionadas. Por ejemplo, ciertas lumbalgias de repetición están causadas por una dismetría, por lo que una compensación a nivel del tobillo puede mejorarlas enormemente.
¿Qué porcentaje de accidentes laborales con motivo de baja afectan a los pies?
Alrededor del 15% de los accidentes laborales que causan baja afectan a los pies. La importancia de la prevención es prioritaria tanto para la salud de los empleados como para la empresa. Hay que tener en cuenta que cada año se incrementan las pérdidas causadas por el absentismo laboral motivado por los accidentes de trabajo. Esta tendencia debe cambiarse de manera conjunta entre empresarios, técnicos de prevención, profesionales sanitarios y trabajadores. Debe existir una convicción que nos lleve a comprender que lo que debemos hacer es importante para nosotros y no una obligación impuesta.
¿Qué relevancia tiene la elección de materiales y el diseño a la hora de proporcionar al calzado una función protectora y preventiva laboralmente hablando?
La elección de los materiales y el diseño puede producir el éxito o fracaso en el desarrollo de un calzado. Actualmente, existe en el mercado una gama amplísima de materiales que permite adaptarlo a las necesidades específicas de cada profesión. Por ejemplo, la protección en la puntera es posible realizarla con materiales metálicos o con materiales plásticos que soportan la misma compresión y pesan menos. Junto con la elección de materiales es fundamental el diseño. Un calzado en el que se utilizan materiales de última generación pero que tiene fallos en el diseño de la horma, lo que va a provocar que el usuario rechace ese producto de manera sistemática.
¿Qué papel desempeñan los podólogos en el desarrollo de la prevención de riesgos laborales para impedir problemas que afecten a los pies?
Los podólogos cada vez están más presentes en la prevención. Los servicios de prevención de riesgos laborales están incorporando podólogos a sus plantillas para el tratamiento de las patologías del pie y para el desarrollo de estrategias de prevención. Como especialistas en dichas patologías del pie, tenemos un carácter de “experto” en calzado que, además de como prescriptor, es interesante como colaborador, a la hora del desarrollo de calzados más ergonómicos y confortables.
¿Desea añadir algo más?
Quería dar las gracias por la oportunidad que me han brindado de difundir la actividad del especialista sanitario en patologías del pie, es decir, del podólogo. Y también quiero destacar nuestra función dentro de la sociedad como profesionales altamente preparados no solo en el diagnóstico y en los tratamientos, sino también en el desarrollo de estrategias de prevención.