Borrmart S. A. organizó entre el 5 y el 9 de octubre el evento online denominado ‘Open Week’, una semana en la que las cinco cabeceras de la editorial dieron voz a los principales sectores profesionales con mayor protagonismo en la lucha contra los efectos provocados por la pandemia ocasionada por el Covid-19.
En concreto, el día 7 de octubre la revista ‘Formación de Seguridad Laboral’ realizó el ‘Open Safety Day’, una jornada en la que la prevención de riesgos laborales y la seguridad y la salud en el trabajo en la nueva normalidad fueron objeto de análisis de los expertos que compartieron sus enriquecedoras y relevantes ponencias.
Este encuentro contó con el patrocinio de AITEX, Baroig, Linde, Metrotenerife y TITSA (Cabildo de Tenerife).
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Primer panel: INSST, AEPSAL y ASEPAL
Javier Pinilla, director del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) inauguró el primer panel -moderado por Antonio Borredá, director de las revistas ‘Formación de Seguridad Laboral’ y ‘Seguridad Laboral Latam’- con la ponencia titulada “La seguridad y la salud laboral en la nueva normalidad: enseñanzas de una crisis”. Para este experto, la llegada del Covid-19 -y sus posteriores repercusiones- conllevó horarios de trabajo ampliados, protocolos que complicaban el desarrollo de las tareas laborales, portar equipos de protección individual (EPIS) y el miedo al contagio y a contagiar por parte del trabajador. Todo ello, en definitiva, supuso más carga de trabajo y, como consecuencia, peores condiciones ergonómicas y psicosociales para el desempeño de la actividad. En este contexto surgen los teletrabajadores “accidentales” caracterizados por sufrir horarios extensos, dificultades para conciliar y ausencia de espacios y medios de trabajo adecuados. Este proceso culminó con la publicación por parte del Boletín Oficial del Estado (BOE) del Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia.
Como institución, el INSST desde el 17 de marzo hasta el 30 de junio ha llevado a cabo una serie de actividades específicas en torno a los EPIS relacionadas con el Covid-19 que se han concretado en una atención de consultas de asesoramiento y en asistencia técnica especializada en materia de ensayos en torno a estos equipos de protección individual, 20 directrices sectoriales y 70 documentos (infografías, protocolos, vídeos…), dedicando esta entidad en su web www.insst.es un “Espacio Covid-19”.
Para concluir, el director del INSST enumeró las enseñanzas extraídas para afrontar nuevas crisis similares: la reducción de la concentración de trabajadores; la mejora en el asesoramiento a microempresas y autónomos, otorgando un papel central a la evaluación de riesgos; asegurar el suministro de EPIS y la verificación de su calidad; y la potenciación de instituciones públicas técnicas y de investigación. En definitiva, para Javier Pinilla “el Covid-19 ha recordado el papel esencial de la prevención de riesgos laborales”.
A continuación, fue el turno de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL). Su vicepresidenta, Mireya Rifá Fabregat, ofreció la ponencia titulada “El prevencionista antes y después del Covid-19: ¿qué papel protagónico debe asumir a favor de la seguridad y la salud de los trabajadores?”. Su intervención se inició con una cita de Reyes González Jannon, Global EHS Manager Google: “Un verdadero líder te hace sentir seguro”. Tras analizar un gráfico de la “Encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes (ESENER)” de 2019 de EU-OSHA en el que se respondía a la cuestión de quién sabe más de seguridad y salud en el trabajo (SST) en las empresas, Mireya Rifá extrapoló las respuestas al sistema español, cuestionándose si antes del Covid-19 existía la misma implicación en SST en nuestro país.
Para esta experta, el inicio de la pandemia fue repentino y sin aviso y las empresas tuvieron “dos días” para transformar sus métodos productivos y para generar una nueva forma de gestionar a sus trabajadores. En este entorno complicado, se produjo una acusada ausencia de los profesionales de la SST. Después, con la vuelta al trabajo, se hizo necesaria la adopción de medidas preventivas, se empezó a hablar del responsable de SST y se alertó de la trascendencia del plan de contingencia.
Para la representante de AEPSAL, las capacidades demostradas y mejor valoradas fueron la resiliencia -con una adaptación al cambio apoyada en estos pilares: flexibilidad, optimismo, intuición, empatía e iniciativa- y la confianza, la cual gira en torno a la percepción de la seguridad, el conocimiento y la capacidad de tomar decisiones.
Para Mireya Rifá, la influencia de la SST traduce en una transversalidad -con una integración en todos los niveles en la empresa-, en una productividad -con confianza, seguridad y fiabilidad como máximas virtudes- y en beneficios, ya que influye directamente en la cuenta de resultados, en la percepción de pertenencia y en el compromiso del trabajador con respecto a la empresa.
En el presente inmediato aparecen nuevas formas de trabajo, con el desarrollo de la nueva ley del teletrabajo, la agilidad en la toma de decisiones, una mayor implicación en la PRL y la generación de compromiso con la formación e información.
En cuanto a la nueva perspectiva de la profesión, tras el Covid-19, “no sólo prevenimos accidentes sino que somos capaces de adaptar a las empresas y a los trabajadores ante situaciones nuevas; son necesarias las consultas en materia preventiva; hemos evolucionado e innovado en nuestros métodos de aprendizaje; se nos asignan nuevas responsabilidades desde la Dirección; y existe un conocimiento compartido”, tal y como explicó la vicepresidenta de AEPSAL, concluyendo su intervención con la siguiente frase: “Para asegurar un impacto duradero debemos permanecer diligentes y visibles, consolidando el liderazgo de nuestra profesión”.
Este primer panel terminó con la ponencia de Luis Gil, secretario general de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL), denominada “Los EPI en la nueva normalidad”, incidiendo en que la necesidad de suministro de este tipo de equipos ha hecho más compleja la selección de los mismos y recordando que, pese a los cambios recientes, las reglas básicas del EPI permanecen constantes, siendo el usuario el elemento nuclear.
ASEPAL jugó un papel fundamental en torno al Covid-19 “puesto que el término EPI ha saltado al vocabulario de todos”, tal y como precisó el secretario general de esta asociación, manifestando “que la pandemia pilló por sorpresa y el sector intentó responder con agilidad”, con el hándicap de que “la fabricación está mayormente deslocalizada en países asiáticos”.
Luis Gil detalló los fundamentos de los equipos de protección individual. Por un lado, deben ser seguros, tal y como recoge la normativa vigente, que incumbe a fabricantes y distribuidores, con el marcado CE y marcados de normas -recordar que la introducción de EPIS destinados a trabajadores esenciales que se no se ajustaban a estos marcados ha sido transitoria-, con el folleto informativo que deben adjuntar y con la declaración UE de Conformidad Accesible.
Por otro lado, el EPI debe estar bien seleccionado por los técnicos en PRL, con una evaluación del riesgo adecuada, una selección según el tipo y nivel de riesgo, una adaptación a las condiciones de la tarea y, además, es necesario confiar únicamente en proveedores expertos.
Por último, el EPI debe ser usado correctamente, ya que de este modo se evitarán daños al trabajador, resultando imprescindible una formación en materia de seguridad y uso, una utilización según el folleto informativo y un cuidado y mantenimiento según las pautas del fabricante.
Segundo panel: Fundación Jiménez Díaz, INESCOP y Moldex
El siguiente panel -moderado por Juan José Sanz, miembro del equipo de Borrmart S. A.- comenzó con la ponencia impartida por Teresa del Campo Balsa, jefa del Servicio de Salud Laboral y Prevención del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz QuirónSalud, titulada “Salud laboral y Covid-19: integración de la prevención en los hospitales”.
En su intervención, la experta recordó que los sanitarios son considerados trabajadores esenciales. Por ello, los servicios de salud laboral de los hospitales son una pieza clave para estos profesionales. Desde el inicio de la pandemia se han buscado evidencias científicas y se ha compartido mucho conocimiento, a través de documentos, artículos y estudios. Además, en el Hospital Fundación Jiménez Díaz QuirónSalud se han realizado campañas de promoción de la salud integral -“Deja fuera el coronavirus”-, consejos nutricionales, fomento de la lectura de libros, apoyo psicológico, incentivar el ejercicio físico, campaña de protección cutánea durante el uso continuado de EPIS…
Teresa del Campo Balsa compartió datos esclarecedores: 395 trabajadores del Hospital Fundación Jiménez Díaz QuirónSalud han sido diagnosticados con PCR (9,8% del total). Además, 3.486 trabajadores participaron el estudio de seroprevalencia (un 94,3% del total), lo que supone la valoración de la casi totalidad respecto a la exposición y posible protección frente a este coronavirus. Asimismo, un 22,7% de los trabajadores presentaron respuesta inmunitaria, lo que implica una cifra inferior (un 7,3%) con respecto a otros estudios publicados de trabajadores sanitarios: esto puede ser debido a unas adecuadas medidas de prevención generales, a una cadena de suministro de EPIS sostenible -con un uso adecuado por parte de los profesionales- y a una óptima coordinación entre las distintas estructuras.
La colaboración de Salud Laboral en el hospital ha sido satisfactoria, en el Gabinete de Crisis y en el Circuito de EPIS. También ha existido una colaboración de Salud Laboral con Salud Pública y Atención Primaria.
Para esta especialista, las limitaciones a las que el sector hospitalario se ha enfrentado en esta pandemia han sido el crecimiento exponencial de los casos (“efecto tsunami”), el conocimiento científico limitado, los cambios de procedimientos frecuentes y las dificultades burocráticas.
Teresa del Campo cerró su intervención concluyendo que, con ocasión de la pandemia de Covid-19, se ha puesto en valor la necesidad y la realidad de la integración de la prevención y en concreto de la salud laboral en los hospitales.
A continuación, fue el turno de Elena Orgilés Calpena, subdirectora de Materiales y Tecnología de INESCOP-Centro Tecnológico del Calzado, con la ponencia “¿Están tus zapatos preparados para la ‘nueva normalidad’?”.
Con la aparición del nuevo coronavirus, el calzado se reinventó. INESCOP ofreció ensayos de filtración bacteriana, de respirabilidad y de salpicaduras y homologación de pantallas faciales. Además, trabajó en COVIDSHOE para analizar los sistemas desinfectantes virucidas contra el Covid-19 para calzado, un proyecto financiado por la Generalitat Valenciana, el IVACE y la UE.
La actividad de INESCOP y los servicios ofertados son muy amplios: estudio de la permanencia del nuevo coronavirus en superficies; la evaluación del efecto del desinfectante en calzado -teniendo en cuenta que no es lo mismo una bacteria que un virus-; protocolo de ensayos para evaluar el efecto del desinfectante en calzado; sistemas desinfectantes virucidas basados en radicaciones -incluyendo las recomendaciones relativas al uso del ozono y la evaluación del efecto sobre los materiales del calzado-; o la desinfección térmica. Además, INESCOP brinda sus conocimientos en torno a la certificación de calzado -como organismo notificado que es- y aporta sus conocimientos sobre los materiales que favorecen el confort térmico.
Señalar que Elena Orgilés hizo hincapié en el necesario camino hacia la sostenibilidad y la digitalización, con mención especial a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Luis Ruiz, Country Manager de Moldex Iberia, compartió con los asistentes virtuales la ponencia “Protección respiratoria frente a la exposición del Covid”. Esta empresa europea de 450 empleados -especialista en fabricación de protección respiratoria, gases y auditiva- comercializa un producto muy específico (mascarillas) de fabricación íntegra propia, cien por cien europea.
El representante de Moldex explicó en orden cronológico la experiencia de la empresa durante la primera ola. En enero de 2020 la compañía recibe una avalancha de solicitudes de Asia; en febrero, llegan pedidos en un volumen elevado con respecto a años pasados; coincidiendo con SICUR, no hay mascarillas desechables en el mercado FFP. El 4 de marzo de 2020, se recibe un decreto alemán por el que se cancelan exportaciones de FFP2 y FFP3. A partir de la semana 11, España se colapsa y el Ministerio de Sanidad obliga a informar de las mascarillas de las que se disponen. Y el 21 de marzo “por primera vez en nuestra historia dejamos nuestro sector industrial por una emergencia global y nos ponemos a disposición del Ministerio de Sanidad con suministro directo a hospitales, ONGs, Cruz Roja, etc.; las mascarillas FFP2 y FFP3 las focalizamos en UCI y urgencias y después a residencias de ancianos”, explicó Luis Ruiz durante su intervención añadiendo que “vinieron jornadas de trabajo largas, con nuestras líneas abiertas siempre”. A partir de la semana 17/18, Moldex vuelve a su tradicional actividad de distribución industrial -sector en el que está especializado-, continuando la elevada demanda.
Para cerrar su intervención, Luis Ruiz indicó que “estoy orgulloso de ver cómo hemos dado respuesta, repartiendo mascarillas en los sectores donde más hacía falta -Moldex se volcó con sus envíos-, y el equipo ha hecho un trabajo excelente; he aprendido mucho y además creo que el Covid-19 nos ha hecho ser una mejor versión de nosotros mismos”.
Tercer panel: ARHOE y Fraternidad-Muprespa
El último panel -moderado por Laura Borredá, miembro del equipo del Borrmart, S.A.- comenzó con la intervención de José Luis Casero, presidente de la ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, quien centró su intervención en torno al “Teletrabajo y la conciliación”. Para este experto, “todo lo que hemos vivido no ha sido teletrabajo, sino un ‘sálvese quien pueda”, una mera improvisación dentro de una situación imprevista. En esta crisis sanitaria global, el teletrabajo bien planteado favorece la conciliación -siendo ésta un derecho fundamental reconocido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos e incorporado por nuestra legislación- y los poderes públicos deben promoverla para que sea real y efectiva. Asimismo, la apuesta por el teletrabajo debe continuar una vez superada esta situación complicada, ya que ofrece grandes ventajas. Además, hay que determinar el modelo adecuado, siendo para AROHE uno mixto que combine teletrabajo y trabajo presencial, contemplando las peculiaridades de cada sector productivo. Hay que recordar que “el teletrabajo no es atender las tareas domésticas y de paso trabajar”, aclaró José Luis Casero, sino que se trata de desarrollar la labor desde otro lugar que no sea el centro de trabajo, con idéntica productividad. Por otro lado, el teletrabajo mal planteado conlleva peligros como prolongar el trabajo más allá de lo establecido en el contrato laboral. Por ello, “regular el derecho a la desconexión no sería necesario si nos ceñimos al Estatuto de los Trabajadores pero vivimos en el siglo XXI con otras exigencias y otras realidades tecnológicas, con unos modelos organizativos que evolucionan. El teletrabajo es un arma de doble filo si no está pactado por ese riesgo de extender la jornada laboral. Además, no todo espacio cumple con las previsiones en cuanto a prevención de riesgos laborales -lo habitual es compartir la vivienda con más personas en un reducido espacio-; por ello, hay que validar que se puede trabajar de forma correcta y con las medidas de prevención establecidas”, según detalló este experto en el transcurso de su intervención.
El presidente de ARHOE concluyó su participación recordando el modelo de las cuatro “D” relativo al teletrabajo: descanso, dedicación al trabajo, disponibilidad y desenganche (una vez terminado el trabajo, la persona tiene el derecho a desconectar).
Carlos Maya Santa Cruz, consultor de Prevención de Riesgos Laborales de Fraternidad-Mupresa, fue el experto encargado de desarrollar la ponencia “Teletrabajo: un nuevo desafío para la PRL”. Para el representante de la mutua, marzo de 2020 supuso un antes y un después en la forma de trabajar. El Real Decreto-ley 8/2020 de 17 marzo ponía en valor la prioridad en la modalidad del teletrabajo como herramienta para frenar la pandemia. En uno de los párrafos se contemplaba que, de forma excepcional, la evaluación de riesgos la realizaría el propio trabajador.
Los beneficios del teletrabajo son innumerables: reducción en los tiempos de desplazamiento y de los accidentes in itinere, la conciliación, el ahorro económico para el trabajador y para la empresa, la mayor productividad…, pero también se derivan riesgos a contemplar y solucionar. Surge un nuevo lugar de trabajo: el hogar se convierte en la nueva oficina, lo que requiere unas exigencias: una silla ergonómica, una mesa amplia, una adecuada iluminación… La organización es más importante que nunca, debiendo marcarse unos horarios, realizar pequeñas pausas cada cierto tiempo, etc.
La protección ocular cobra un protagonismo esencial. Algunas cifras y porcentajes alertan en este sentido, según un estudio elaborado por Sondea para Multiópticas y ASP: el 80% de población empieza y termina el día mirando una pantalla; 11 horas al día mirándola; el 76% de las personas sienten molestias por la larga exposición; y el 41% no tiene en cuenta la postura y la distancia con el dispositivo. Por todo ello, para evitar y tratar la fatiga visual resulta del todo necesario “horas detox de pantallas”.
La otra cara de la moneda del teletrabajo tiene que ver con los factores psicosociales asociados: brecha digital y tecnoestrés, sentimiento de soledad y aislamiento, dificultades para la conciliación. Además, hay que teletrabajar sin descuidar los hábitos saludables.
Para concluir, Carlos Maya indicó alguno de los preceptos recogidos en la nueva ley de teletrabajo en la que se recuerda que existe el derecho a contar con una adecuada protección de la seguridad y la salud; se debe atender a los factores psicosociales, ergonómicos y organizativos -garantizándose los descansos-; y la empresa debe conocer los riesgos de los trabajadores y prever medidas de protección.
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