La prevención de riesgos laborales en trabajadores de parques eólicos

El pasado 7 de junio la revista Formación de Seguridad Laboral y la Fundación Borredá, en colaboración con el Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo (INSSBT) y el patrocinio de Previnsa, Tractel y Conapro, celebraron el desayuno profesional titulado “La prevención de riesgos laborales en los trabajadores de parques eólicos”.

La relación de asistentes fue la siguiente: Antonio Merayo Sánchez, jefe de la Unidad de Construcción del Centro Nacional de Nuevas Tecnologías-INSSBT; Rafael González Cid, técnico del Servicio de Prevención Mancomunado de Gas Natural Fenosa; Jorge Mata Vicente, técnico de prevención responsable de los parques eólicos de Saeta Yield; Celia Monasterio Muro, HSE Manager Services SE&A de Siemens Gamesa; Juana María Sánchez Tavira, HSEQ Manager de Ynfiniti Energy; Antonio Navarro Jarava, HSE Manager para España y Portugal de Vestas; Pablo Cobreiro Rodríguez, gerente de Calidad, Seguridad y Medio Ambiente de EROM; Alberto Sánchez Álvarez, responsable de prevención del Área Eólica de Tamoin; Marta Ferrero Fraile, responsable de prevención del Área de Operación y Mantenimiento de GES (Global Energy Services); Antonio Marcos Nuez, director técnico y comercial de Previnsa-Foractiva; Alex Comas Aguadé, Account Manager Sector Energía de Tractel Ibérica; Eduardo Segura Rodríguez, gerente de Conapro; y Mikel González Huarriz, jefe de compras de Conapro.

Por parte de Editorial Borrmart estuvieron presentes Antonio Borredá, director de la revista Formación de Seguridad Laboral –que ejerció de moderador–; Mª Victoria Gómez Alonso, directora de Relaciones Institucionales; Ancor Morales, responsable del Área de Audiovisuales; y Jaime Sáez, redactor jefe de Formación de Seguridad Laboral.

La inauguración corrió a cargo de Antonio Merayo Sánchez, experto perteneciente al INSSBT –en cuya sede se desarrolló el desayuno– quien aludió a las notas técnicas existentes en materia de PRL relativas al funcionamiento de los aerogeneradores así como a las tareas más comunes que se realizan en parques eólicos que conllevan riesgos para sus trabajadores. Merayo indicó que “en torno al 50% de los accidentes con baja se deben a sobreesfuerzos”, desencadenando en ocasiones trastornos musculoesqueléticos, los cuales “tienen un tratamiento”, mientras que los accidentes graves “tienen unas consecuencias fatales”, pudiendo ser “mortales”.

Para Merayo, “existen 4 aspectos fundamentales que hay que aplicar a cualquier tipos de trabajos, incluidos los propios del sector eólico: el primero es que hay que recurrir siempre a empresas especializadas; en segundo lugar, hay que disponer de información sobre el emplazamiento y las particularidades y hacer una coordinación efectiva de actividades empresariales; el tercer punto es tener realmente planificados los trabajos, que se hace con la información previa, lo que se plasma en un procedimiento de trabajo que conozca tanto el servicio de prevención como la unidad que ejecuta ese trabajo;  y en cuarto lugar hay que vigilar que al final esa información, esa planificación y esa coordinación tienen un control, se ejerce una vigilancia sobre ella, y si se detecta que hay alguna desviación del procedimiento o éste no refleja la realidad del trabajo, se tiene que revisar, que sería hacer una nueva evaluación de riesgos y hacer un feedback de esa información”

Para Rafael González Cid, de Gas Natural Fenosa, “el sector de las energías renovables ha ido un paso por delante por la especificación y por la exigencia en cuanto a la formación con estándares muy asimilados y por la tecnificación en cuanto a EPIS”. Y es que existe una exigencia muy alta a la hora de trasladar al trabajador los conocimientos preventivos ya que el riesgo de caída “es muy grave”.

Jorge Mata Vicente, de Saeta Yield, indicó que la prevención en el sector eólico está muy desarrollada ya que su apogeo coincidió “con el auge de la implantación de la prevención de riesgos laborales”.

En cuanto a los cambios y transformaciones, para Celia Monasterio Muro, de Siemens Gamesa, “se ha evolucionado en mejoras en equipos, formación e investigación a base de accidentes; vamos a mejor, existiendo una amplia preocupación porque se trata de un entorno complejo, vamos por el camino correcto”.

Para Juana Sánchez Tavira, de Ynfiniti Energy, el sector eólico se caracteriza “por el caos, la falta de organización y por una planificación imposible de implantar, con una plantilla que crece y decrece, con una falta de control y seguimiento de los diferentes proyectos”.

Para Antonio Navarro, de Vestas –empresa fabricante y mantenedora de turbinas– “para nuestra compañía la seguridad es el primero de nuestros valores, la prevención es muy madura. Nosotros tenemos un doble chequeo, nos lo piden también nuestros clientes”.

Eduardo Segura Rodríguez, de Conapro –empresa especializada en protección laboral–  diferenció entre lo ocurrido antes y después del 2009: antes de ese año, la construcción fue exagerada, con parques eólicos numerosos, con soluciones en materia de prevención para salir del paso; posteriormente, “con el parón nos hemos profesionalizado, hemos asentado el tema de la PRL: los riesgos son los mismos pero hay un desarrollo tecnológico, los EPIS de ahora no tienen nada que ver, ha mejorado la comodidad, la ergonomía y la ligereza con certificaciones, son equipos mejores, respondiendo a demandas que vienen de los usuarios”.