La figura del Papa, como líder espiritual de más de mil millones de católicos en el mundo, podría sugerir la existencia de un salario al estilo de altos cargos políticos o jefes de Estado. Sin embargo, el Papa no percibe un sueldo como tal.
El Vaticano se encarga de cubrir íntegramente todas sus necesidades, desde el alojamiento hasta los gastos personales, sin entregarle una retribución económica directa. Esto responde a una lógica distinta a la del ámbito laboral común: el Papa se dedica por completo a su misión espiritual y pastoral, y sus necesidades materiales son atendidas por la Santa Sede.
Además, la figura del Papa no contempla la jubilación en el sentido tradicional.
Sistema retributivo y de jubilación de los sacerdotes
En contraste, los sacerdotes sí cuentan con un sistema retributivo y de jubilación más parecido al del resto de los trabajadores. En España, el sueldo de un cura suele situarse entre los 900 y los 1.300 euros mensuales, repartidos en 14 pagas. Esta cantidad puede variar ligeramente dependiendo de la diócesis en la que ejerza, pero suele rondar el Salario Mínimo Interprofesional.
Estos ingresos proceden del Fondo Común Interdiocesano, el cual se financia en buena parte con las aportaciones voluntarias de los ciudadanos que marcan la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta. Este sistema de financiación busca garantizar una base económica para el sostenimiento del clero, aunque muchos sacerdotes jubilados acaban recibiendo la pensión mínima, ya que sus cotizaciones, por lo general, no alcanzan niveles elevados.
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