Para todas las ocupaciones en las que exista riesgo de caída de objetos pesados, se requiere un zapato de seguridad con protección metatarsal. Las soluciones tradicionales que ofrecen protección metatarsal tienen una placa metálica que protege la zona metatarsal, lo que restringe la flexibilidad y hace que el calzado de seguridad sea voluminoso y pesado. Descubra cómo proteger los metatarsos al tiempo que garantiza la comodidad del usuario.
D3O® utiliza tecnologías patentadas y exclusivas de fluidos no newtonianos para fabricar materiales flexibles con absorción de impactos.
El D3O® es un material celular elástico formado por moléculas «flotantes». En su estado original, su textura es muy fluida. En caso de impacto, estas moléculas tienen la capacidad de unirse para volverse instantáneamente en menos de 10 milisegundos, rígidas como un sólido para absorber y dispersar la energía producida. Esta reacción no sólo es inmediata, sino también proporciona a la fuerza del impacto. Cuanto más violento sea el impacto, más reaccionarán las moléculas, proporcionando así la mejor protección posible. En cuanto pasa el impacto, las moléculas vuelven a su estado de alta fluidez.
¿Cuándo utilizar la protección metatarsal?
En el calzado de seguridad tradicional, los dedos del pie están protegidos por la puntera de 200 J. Pero no es el caso de los metatarsianos, los huesos largos que unen la parte trasera del pie (el tarso) con la parte delantera (las falanges). En las ocupaciones en las que hay riesgo de caída de objetos pesados, existe el riesgo de impacto no sólo en los dedos sino también en la parte superior de los pies. Por lo tanto, se recomienda utilizar calzado de seguridad con protección metatarsal integrada. En la norma EN ISO 20345, el requisito adicional M certifica que el zapato de seguridad tiene una protección metatarsal que puede soportar un impacto de 100 julios, lo que equivale a un peso de 20 kg que cae desde una altura de 50 cm.
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