Es la principal causa mundial de discapacidad y la sufren 280 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud. En España, 2,1 millones de personas presentaron algún tipo de cuadro depresivo en 2020 según la última encuesta europea de salud que publica el INE. De estos, 230.000 casos se tipificaron como graves atendiendo a la severidad de la sintomatología.
Por género, afecta el doble a las mujeres respecto a los hombres (7,1% frente a 3,5%) y si hablamos de severidad grave, esa diferencia se agranda más: por cada caso grave en hombres hay 3,5 que son mujeres.
Por comunidades autónomas Castilla y León (10%), Comunitat Valenciana (9,8%) y Comunidad Foral de Navarra (6,7%) tienen las cifras más altas en cuanto a prevalencia de algún cuadro depresivo según los datos de incidencia; mientras que Cantabria e Illes Balears tienen las cifras más bajas (3,6% y 3,7%, respectivamente), junto con las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla (ambas por debajo de 2,5%).
A raíz de estas cifras, Umivale Activa ha publicado una campaña para sensibilizar y orientar sobre la enfermedad en el Día Mundial de la lucha contra la depresión. «A través de cuatro fichas informativas hemos recopilado los principales síntomas de la enfermedad, factores de riesgo y protectores, posibles tratamientos y un conjunto de estrategias de autoayuda para prevenir la depresión», ha destacado José Luis Cebrián, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo. «Aunque todas las personas pueden sufrir sentimientos de tristeza ocasionalmente de forma transitoria, en algunas de ellas estos sentimientos son persistentes y se acompañan de otros síntomas, como por ejemplo pensamientos negativos que dificultan significativamente su vida cotidiana», apunta Cebrián.
Ánimo bajo, tristeza o sentimientos de desesperanza o pérdida de interés en las actividades con las que se disfrutaba son los principales síntomas de la depresión. También son indicios de la depresión la irritabilidad, ganas de llorar sin motivo aparente, cansancio, problemas de sueño y pensamientos negativos hacia uno mismo.
Respecto a las causas, se trata de un trastorno multifactorial en el que se asocian factores genéticos, bioquímicos, ambientales y psicológicos. Diferentes sucesos pueden actuar como desencadenantes aunque la depresión también puede aparecer sin una causa aparente.
Asimismo existen diferentes tipos de depresión según sus síntomas o causas. Así, entre los diagnósticos más habituales podemos diferenciar entre trastorno depresivo mayor (comúnmente conocido como depresión) y distimia o trastorno depresivo persistente.
«Los médicos de atención primaria están sobradamente preparados para evaluar y tratar una depresión sin complicaciones. Para casos más graves nos remitirán a especialistas en psiquiatría. Lo importante es buscar ayuda y dejarse ayudar», ha remarcado Cebrián.
Estrategias de autoayuda para afrontar la depresión
Además de acudir a un profesional cuanto antes, podemos abordar las siguientes acciones para buscar nuestro bienestar emocional.
- Hablar con alguien. Es útil contarle a alguien cómo te sientes o plasmar esos sentimientos por escrito.
- Mantenerse activo. Hacer algo de ejercicio ayudará a mantenerse en forma y dormir mejor.
- Comer bien y con regularidad. Seguir una dieta equilibrada puede ayudar a mantener el cuerpo y la mente sanos.
- Crear una rutina de sueño adecuada. Respetando siempre los mismos horarios.
- Llevar a cabo actividades relajantes.
- Aprender más sobre la depresión.
- Hacer algo que te guste puede apartarte de pensamientos dolorosos.
- Evitar el alcohol y las drogas. Su consumo puede hacerte sentir mejor durante un tiempo pero empeorarán la depresión a largo plazo.
Archivado en: