En el universo laboral abundan los riesgos que podrían repercutir sobre el estado físico y psicológico de los trabajadores. Por ello resulta imprescindible garantizar que el contexto de seguridad y sanidad es el mejor posible. La propia empresa debe asumir la responsabilidad de informar y formar a sus empleados sobre los riesgos y las medidas de autoprotección. Si tienes intención de montar un restaurante en España, aquí te explicamos cuáles son los principales riesgos y medidas de seguridad que debes conocer.
España es el país del mundo con más restaurantes y bares por persona
Nuestro país es el segundo destino turístico del mundo, después de Francia. Otro récord que tiene España en el sector servicios es el de ser el país del mundo con más restaurantes y bares por habitante (175 por persona). Según Estatista, el total de establecimientos ronda los 280.000, que dan empleo a 1,3 millones de personas. Pero la estacionalidad del sector turístico se traslada al sector de la restauración en forma de una elevada rotación laboral, con picos de demanda en las temporadas vacacionales. En estos periodos de alta ocupación proliferan los contratos a tiempo parcial y temporales con turnos discontinuos que pueden ser de fin de semana o nocturnos. Esta intensa y caótica actividad va seguida de meses de parón, lo que incide tanto en la cualificación del personal como en su formación en riesgos laborales.
Medidas de seguridad laboral en un restaurante
Para reducir al mínimo los riesgos laborales es imprescindible una valoración inicial, que permita incorporar la metodología de seguridad y prevención idónea para el contexto. Dependiendo del tipo de negocio que sea, los requerimientos serán diferentes. Pero los consejos preventivos elementales son estos:
1) Ropa apropiada. Los empleados deben llevar una vestimenta laboral acorde a su puesto (zapatos antideslizantes, tela ignífuga en cocina, materiales que eviten el estrés térmico por exceso de frío o calor) y EPIS tipo guantes y mascarillas si es preciso.
2) Limpieza estricta. Mantén una rutina en el lugar de trabajo para evitar contaminación biológica de cualquier tipo al manipular cada alimento, que es materia orgánica. Esto incluye tanto el los suelos y paredes como el mobiliario y el equipamiento. Hay que prestar especial atención a aquellos puntos más sensibles, como las campanas extractoras y sus filtros, por ejemplo.
3) Indicaciones y letreros. Es una buena idea poner marcadores en el suelo para evitar caídas del personal de trabajo. El de la cocina tendrá que ser de un material antideslizante. Y el mobiliario de la zona de preparación de alimentos también debería llevar carteles indicando la función de cada objeto. Si los objetos punzantes como cuchillos y tijeras están bien ordenados, se reducen los accidentes. Lo mismo aplica a los aparatos eléctricos y térmicos.
4) Vigilar los objetos eléctricos. Comprobar que las instalaciones eléctricas, como el cableado, el aire acondicionado o los diferentes electrodomésticos estén en buen estado. Además, hay que prestar atención a la manipulación de electrodomésticos con las manos o ropa mojadas.
5) Organización. En una cocina se pueden llegar a acumular grandes cantidades de comida, vajillas sucias y cristalería. Por eso es importante mantener un orden, tener zonas específicas y evitar los apilamientos. Los platos sucios nunca pueden estar cerca de los limpios.
6) Seguridad. Contar con medios de extinción de incendios adecuados. Además, el personal debe conocer las salidas de emergencia, que deben estar señalizadas adecuadamente y siempre libres, sin ningún obstáculo delante.
7) Higiene postural. Esto es fundamental. En este tipo de trabajo se realizan movimientos repetitivos, por lo que se deben prevenir la sobrecargas musculares y lesiones. Para ello hay que usar ayudas mecánicas para el manejo de cargas, organizar el trabajo para evitar ritmos de actividad elevados, introducir pausas en medio del servicio, ir rotando en las diferentes tareas… Además, en la medida de lo posible, se evitará sobrecargar las bandejas.
8) Adaptabilidad. Debemos tener en cuenta el estrés inherente a este trabajo, los horarios (nocturnidad, turnos rotativos, trabajar los fines de semana y festivos) y las condiciones presentes en el ámbito laboral.
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