El ictus es una enfermedad que afecta a 120.000 personas al año en España, según la Fundación Freno al ictus. Es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda del total de la población. Además, es la primera causa de discapacidad adquirida en la población adulta. En 2035, los casos de ictus habrán aumentado un 35% en nuestro entorno.
«Son datos alarmantes pero la buena noticia es que se trata de una enfermedad altamente prevenible y tratable. De hecho, el 90% de los ictus se podrían prevenir, la detección temprana y la actuación rápida reduciría notablemente su impacto en mortalidad y en discapacidad» apunta Julio Agredano, presidente de la Fundación.
Así, en colaboración con el Servicio de Actividades Preventivas de Riesgos Laborales de la mutua Umivale Activa y en el marco del convenio que mantienen ambas entidades, han presentado una campaña informativa y de concienciación compuesta por un audiovisual y un cartel para saber cómo detectar el ictus y cómo actuar al respecto.
«El tiempo de reacción es clave para reducir la mortalidad y la discapacidad que provoca. Dado que pasamos buena parte de nuestro día en un entorno laboral, realizar campañas informativas para saber detectar y cómo actuar correctamente ante un ictus es crucial, tanto en el entorno laboral como personal» ha destacado José Luis Cebrián, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales en Umivale Activa.
Cada minuto cuenta
La rapidez es vital ante un ictus. Por ello debemos estar atentos a los primeros síntomas. Debilidad muscular en un brazo o pierna, alteración de la visión repentina, dificultad para hablar, parálisis en una parte de la cara o un dolor de cabeza súbito. «Son algunos de los factores a tener en cuenta porque nos podrían indicar que la persona que tenemos delante está sufriendo un ictus», ha apuntado Cebrián.
Ante estos síntomas debemos pedir a la persona afectada que sonría, que levante los brazos o que conteste a una pregunta simple. «Si detectamos alguna anormalidad debemos llamar con urgencia al 112».
La prevención es clave
La hipertensión, el colesterol elevado, la obesidad, la diabetes, el estrés, llevar una vida sedentaria o el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias adictivas son factores de riesgo que pueden desembocar en un ictus.
En ese sentido, «todo lo que implique quitar o reducir estos factores de la ecuación estará encaminado a evitar sufrir un ictus». Seguir una dieta sana y equilibrada, acompañada de ejercicio físico moderado, huir del consumo de sustancias adictivas y controlar nuestro peso, tensión y colesterol son acciones que podemos realizar para prevenir el ictus.
La campaña se puede consultar en la web umivaleactiva.es, dentro de la sección de Prevención y Salud, en el apartado Primeros Auxilios.
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