El Ayuntamiento de Granada continúa con el proyecto “Granada, ciudad cardioprotegida” para dotar a la ciudad de una red de desfibriladores, lo que permitirá salvar vidas, ya que la capacidad de respuesta en los primeros cinco minutos son claves para evitar un desenlace fatal.
El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, anuncia la implantación de una red de espacios cardioprotegidos en la ciudad, para lo que se formará en el uso de los desfibriladores a 10 personas de los comercios cercanos a estos puntos, con lo que serán ya unas 40 personas formadas en la ciudad cerca de los espacios cardioprotegidos.
El Ayuntamiento de Granada avanza en su objetivo de conseguir que Granada sea una ciudad “más saludable, amable y protegida” con la implantación hoy de un desfibrilador en la Pza. de Realejo con la Calle Molinos, que se suma a los tres ya existentes en la Fuente de las Batallas y la plaza de Isabel la Católica y en el Paseo de los Tristes, que entraron en funcionamiento el año pasado y el pasado mes de junio respectivamente y a los que se añadirán antes de final de año ocho más.
De ahí que ha avanzado que, junto a la entidad que desarrolla las infraestructuras, Granada a su vez pondrá en marcha, en colaboración con Protección Civil, una red de formación que va a permitir que “personas cercanas a los puntos cardioprotegidos”, entre los que ha señalado responsables de comercios o vecinos, “tengan los conocimientos necesarios que les permitan usar el desfibrilador y, por lo tanto, salvar vidas”.
El nuevo tótem, patrocinado por Emasagra e instalado por el área de Movilidad del Ayuntamiento de Granada, dispone de un desfibrilador DOC, fabricado por la empresa del Grupo Almas Industries, B+SAFE, con dispositivo de comunicación conectado durante las 24 horas del día por SIM y GPRS, con telecontrol, teleasistencia y llamada preferente al 112 y geolocalización permanente, a la vez que incluye un kit de intervención, señalización y servicio de mantenimiento.
Para Ana Genaro, directora de Digitalización y Sostenibilidad de Emasagra, la participación de la compañía en este proyecto responde «al compromiso de esta empresa municipal con los granadinos y las granadinas, con su salud, y su bienestar, ya que creemos que dotar a los barrios, en este caso el Realejo, que es la zona donde se encuentra nuestra sede central, de estos elementos que pueden salvar vidas es básico si queremos una Granada resiliente y cardioprotegida, con recursos para proteger a los vecinos y a las personas que nos visitan».
Ana Genaro añadió que esta iniciativa «cumple con las premisas de salud y bienestar recogidas en la agenda 2030, de objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que para Emasagra es irrenunciable en su gestión diaria de una empresa, referente de la colaboración público privada, participada por el Ayuntamiento de la capital e Hidralia, y con un proyecto vertebrado en la digitalización y la sostenibilidad».
La ubicación de los desfibriladores se está llevando a cabo en colaboración con las distintas áreas del Ayuntamiento de Granada que determinarán el lugar de instalación en función tanto de afluencia de personas como de movilidad y acceso a la zona.
B+Safe es la empresa española del GRUPO ALMAS INDUSTRIES multinacional líder en tecnologías de la salud y seguridad para las empresas. B+SAFE es especialista en la aplicación de tecnologías innovadoras en la seguridad corporativa a nivel de accesos, bienes y personas.
Totems
Cada tótem incluye un desfibrilador DOC con y conectado 24h vía SIM y GPRS, con telecontrol, teleasistencia, llamada preferente al 112 y geolocalización 24h del desfibrilador. Además, cada dispositivo dispone de servicio, de con kit de intervención, señalización y servicio full service que incluye mantenimiento e intervención técnica, asistencia proactiva periódica, sustitución inmediata en caso de incidencia, pruebas periódicas de funcionamiento, cambio de batería y electrodos por uso y/o caducidad, extracción de electrocardiograma en caso de uso en 24h, seguro de responsabilidad civil, servicio de asistencia para gestión de consultas.
En España se estima que cada año se producen más de 30.000 paradas cardíacas, lo que equivale a una media de un paro cardíaco cada 20 minutos. A su vez, más del 85% de las muertes súbitas son de origen cardiaco, el 90% de ellas se producen fuera de un centro sanitario y tan solo un 5% sobreviven sin secuelas. El plazo de intervención para salvar a una víctima es crucial. Los primeros 5 minutos son esenciales, a partir de ahí, cada minuto que pasa se reducen en un 10% las posibilidades de supervivencia. Si se dispone de un desfibrilador, esas posibilidades pueden aumentar hasta un 70-90% en los primeros minutos. Con la implantación de desfibriladores fuera del ámbito hospitalario se pueden reducir las altas cifras de mortalidad y contribuir a salvar vidas.
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