De mi experiencia como profesora y divulgadora en temas de liderazgo tengo que confesar que mi perspectiva ha cambiado desde mis orígenes a la actualidad y todo ello ha sido gracias a la prevención de riesgos laborales.
En mis primeras sesiones me centraba en la mejora de los equipos y de las organizaciones en sí mismas, tal y como hace la literatura especializada en la materia: ¿cómo crear equipos más eficientes?; ¿cómo gestionar de manera más productiva?; ¿cómo mejorar la comunicación interna y externa?; ¿cómo hacer crecer nuestras organizaciones?; etc.
Tras varias investigaciones, experiencia profesional y personal, llego a la conclusión de que se está construyendo un liderazgo basado en la hiperproductividad que caracteriza la sociedad actual dejando de lado la parte humana. Ejemplo de ello sería la supuesta frase motivacional: “salir de la zona de confort”.
Socialmente se ha construido dicha frase para que las personas nunca estén satisfechas y siempre quieran aspirar a más, incluso, cuestionándose a aquellas personas que manifiestan sentirse a gusto en su zona de confort.
Reconstruir el discurso público
Deberíamos reeducar y reconstruir el discurso público relacionado con la hiperproductividad.
La frase correcta sería “sal de tu zona de dis-confort”. Si estás trabajando en un puesto que te genera angustia, malestar o simplemente aspiras a otro puesto mejor, deberíamos animar a las personas a buscar alternativas y a ayudarles en sus objetivos, pero si una persona disfruta de su puesto de trabajo, ¿por qué socialmente le obligamos a que “salga de su zona de confort”?
Lideramos para ser más eficientes y productivos, aspecto positivo, pero ¿qué ocurre cuando trabajar bajo presión diariamente para conseguir ser más eficientes y productivos se convierte en la norma general, hasta el punto de tener la sensación de que al día le faltan horas para poder conseguir todos los objetivos propuestos para ese día generando sensación de estrés, de no saber gestionar el tiempo o sencillamente de ver pasar la vida sin ser conscientes que cada día que pasa ya no vuelve?
El liderazgo tradicional va encaminado y enfatiza dichas cualidades. Y si bien debemos continuar mejorando el liderazgo de equipos y organizacional no debemos olvidarnos de la parte humana del liderazgo.
Nueva competencia en los líderes
En la actualidad, gracias a la filosofía de la prevención de riesgos laborales, introduzco una nueva competencia en nuestros líderes que trata sobre la habilidad del cuidado y del autocuidado.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995 ya expresaba en su exposición de motivos cómo del mandato constitucional del artículo 40.2 se derivaba la necesidad de desarrollar una política de protección de la salud de los trabajadores.
Ante la sociedad actual, este sentido de protección de la salud cobra más valor que nunca. No podemos mejorar la producción ni la gestión de nuestras organizaciones si no tenemos en cuenta la salud y el bienestar de nuestros equipos. De ahí que sea necesario un liderazgo ‘made in PRL’.
*En la EPSI-UAB se imparte el único Grado de Prevención y Seguridad Integral que habilita como ‘técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales’ con las tres especialidades. Con dos modalidades de impartición (online o presencial) y convalidación de 60 créditos para las personas tituladas con el Ciclo Formativo de Grado Superior en Riesgos Profesionales.
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