En la mayoría de las democracias occidentales, el concepto de autogobierno descansa sobre una red de instituciones sociales con un rol central en la protección socioeconómica de la población. Este sistema político recibe el nombre de Estado del Bienestar. Defiende la igualdad de oportunidades, la distribución equitativa de la riqueza y el apoyo estatal para ciudadanos de las franjas vulnerables de la población. Como término general, puede abarcar una variedad de formas de organización económica y social.
Pilares del Estado del Bienestar
Una característica fundamental del Estado de bienestar es el seguro social, un procedimiento común a la mayoría de los países industrializados avanzados. En España esta función institucional la cubre la Seguridad Social, que gestiona el sistema de pensiones. Este tipo de seguro se suele financiar mediante cotizaciones obligatorias y tiene como objetivo proporcionar prestaciones específicas a personas y familias durante los períodos de mayor necesidad. Sin embargo, es ampliamente reconocido que en la práctica los beneficios en efectivo son considerablemente inferiores a los niveles previstos.
El Estado del Bienestar también suele incluir la provisión pública de educación básica, servicios de salud y vivienda (en algunos casos a bajo precio o gratis). En estas prestaciones, el Estado del Bienestar es considerablemente más extenso en los países occidentales europeos que en Estados Unidos. Y en muchos casos incluye una cobertura sanitaria integral y una provisión de educación terciaria subsidiada por el Estado.
Obviamente, el sistema fiscal o impositivo también forma parte del Estado del Bienestar, pues es el conjunto de medios con que cuenta la Hacienda Pública de un país para recabar los fondos necesarios para la realización de sus fines. En esta categoría entran los impuestos personales —variables en función del salario mensual—, en la medida en que su progresividad se utiliza para lograr una mayor justicia en la distribución del ingreso. Y también en la medida en que se aplica en financiar pagos de seguro social y otros beneficios no financiados completamente por contribuciones obligatorias. En los países socialistas, el Estado del Bienestar también cubre el subsidio por desempleo, la regulación de los precios al consumidor y los programas contra la pobreza.
Retos este modelo de autogobierno occidental
Los principales desafíos en la administración eficaz y equitativa de un Estado del Bienestar son:
- Determinar el nivel deseable de prestación de servicios por parte del Estado.
- Garantizar que el sistema de prestaciones y contribuciones personales satisfaga las necesidades de las personas y las familias y al mismo tiempo ofrezca incentivos suficientes para el trabajo productivo.
- Asegurar la eficiencia en el funcionamiento de los monopolios y burocracias estatales.
- Conseguir una provisión equitativa de recursos para financiar los servicios por encima de las contribuciones de los beneficiarios directos.
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