El riesgo térmico se nos podía presentar de varias maneras; radiación, convección, contacto, radiante… Hasta ahora, que irrumpe en escena una situación que, si bien antes era altamente improbable, ahora con la proliferación de las baterías de ion/litio para no solo vehículos eléctricos, sino patinetes e incluso móviles, viene a sumarse a las anteriores; y éste es el de riesgo térmico junto con riesgo químico.
Por aquello de grandes volúmenes, vamos a centrarnos en las baterías de los automóviles. En un incendio de estos dispositivos se presentan riesgos tan diversos como:
- Temperaturas en torno a los 400 ºC. Un traje que tenga una capa exterior que refleje el calor es necesario.
- Llamas. Pero también un traje que diera protección frente a las llamas.
- Como se producen explosiones que lanzan “dardos”, un traje que soporte los impactos mecánicos y que a la vez diera protección térmica es un buen aliado.
- Se liberan diversas sustancias químicas como fluoruro de hidrógeno, partículas de óxido de cobalto, óxido de níquel y óxido de manganeso principalmente. Estas partículas se adhieren con gran facilidad a la ropa contaminándola. En este caso hay que prestar especial atención a que, con el movimiento, las partículas que se hayan depositado en la ropa se pueden liberar al ambiente y si ya no se lleva la protección respiratoria, podemos contaminarnos.
- En una extinción de estas baterías se pueden llegar a necesitar hasta 10.000 litros de agua que resultará contaminada. Una prenda que sea no solo impermeable, sino también de barrera química está más que indicada.
- Riesgo de descargas eléctricas. No siempre las medidas de seguridad y desconexión de los sistemas eléctricos en caso de incendio o choque funcionan y, si hay que rescatar a una persona del interior del vehículo, se pueden producir descargas eléctricas.
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