En España mueren cada año alrededor de 50 trabajadores por golpes resultado de caídas: ésta es la tercera forma de accidente mortal en jornada de trabajo más frecuente (10%), tras las patologías no traumáticas (44%) y los accidentes de tráfico (14%). Además, uno de cada cuatro accidentes mortales en jornada de trabajo, no clasificados como de tráfico o como patología no traumática, es una caída de altura.
Y es que ningún sector de actividad económica se libra de ellos: aunque algo más de la mitad (55%) ocurren en la construcción, el resto se reparten entre los sectores de servicios (27%), industria (14%) y agrario (4%).
Los accidentes mortales por caída se producen desde cubiertas de edificios y construcciones (31%), escaleras de mano (22%), a través de aberturas, horizontales y verticales, en edificios, construcciones y áreas de circulación (14%), y desde andamios (12%), plataformas móviles de elevación de personas (8%) y otros lugares en altura, como instalaciones, maquinaria fija, vehículos pesados, equipos móviles, árboles, etc. (12%).
Estos datos, extraídos de la guía denominada “Caídas de altura. Un riesgo en todas las empresas,” publicada por la mutua Asepeyo, dan fe del enorme riesgo que suponen dichas caídas, con repercusiones que pueden resultar mortales e invalidantes para el trabajador que las sufre.
Soluciones colectivas e individuales
Afortunadamente, existen soluciones colectivas e individuales que reducen y eliminan el riesgo, las cuales deben ir acompañadas de una formación preventiva que conciencie al trabajador sobre su uso correcto. Varias de ellas forman parte de nuestro ‘Soluciones TOP en Seguridad en Altura’ que reúne algunos de los productos más punteros e innovadores, fabricados y comercializados por reconocidas empresas de nuestro país.
Las caídas al vacío conllevan un desenlace fatídico en gran parte de los casos: los arneses, y las líneas de vida evitan que tengan lugar. Estas y otras soluciones resultan muy útiles en sectores tales como la construcción, trabajos de limpieza en altura, trabajos en los que se utilizan andamios, en edificios que precisan tareas de mantenimiento y reparación, etc. Todas ellas cumplen con la normativa y ayudan a que no se produzcan caídas a distinto nivel en los llamados “trabajos verticales” y en otras labores similares. Los sistemas de sujeción y de retención contribuyen decisivamente a sostener el cuerpo del trabajador en caso de accidente y los cascos resultan imprescindibles frente a los potenciales golpes en la cabeza.
En este bloque especial el lector podrá encontrar elementos de protección colectiva e individual, las cuales garantizan el principio fundamental de la prevención de riesgos laborales: la instauración y el fomento de unas condiciones de trabajo seguras que redundarán, a su vez, en la competitividad de las empresas.
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