Como la mayoría de las empresas en estos últimos meses, nos hemos encontrado con un gran reto por delante a gestionar. A este panorama -el cual fuimos encontrando- se le añadió la necesidad de asegurar que nuestra actividad se realizase con la mayor seguridad posible y que nuestro colaborador pudiera acudir a su puesto de trabajo con confianza y sabiendo que su seguridad y salud junto con los demás colaboradores estaba garantizada.
Desde Supersafe se ha trabajado intensamente desde el primer minuto, desde el rango más alto de la empresa hasta el último colaborador. Todos hemos arrimado el hombro para conseguir y mantener unas pautas de higiene óptimas y tener así la menor posibilidad de contagio en nuestro ámbito laboral.
Este virus nos ha llegado por sorpresa a todos y desde los departamentos de PRL nos ha tocado diseñar un protocolo eficaz de seguridad y salud para gestionar, informar y proteger a nuestros colaboradores.
Por nuestra parte, y como responsable de PRL y Gestión Ambiental de la empresa Supersafe SLU (Grupo Sicame), desde el momento que comenzó la pandemia nos pusimos en marcha en volcar todo nuestro empeño en reinventarnos y subir un escalón más nuestra seguridad. Nos hemos ido adaptando y concienciando a través de un gran esfuerzo colectivo en mantener unas condiciones óptimas de higiene en toda la empresa y, a la vez, seguir con nuestra actividad de manera normal.
Protocolo sólido
Han sido y siguen siendo días de gran incertidumbre donde, como he comentado anteriormente, hemos tenido que reinventarnos y acoplar nuestro sistema de seguridad y salud a una nueva normalidad y esta no ha sido una tarea fácil. Desde Supersafe SLU tuvimos claro que el primer paso a seguir era crear un protocolo sólido y con unas directrices muy marcadas. Desde el primer día, por parte de la dirección de la empresa, junto al Departamento de PRL, se redactó y se dio difusión a toda la plantilla sobre cómo debíamos actuar a partir de ese momento. Se hizo a partir de una formación e información personalizada a cada trabajador, donde nos ocupamos de trasladarle a él y a todos los departamentos cuáles debían ser las pautas a seguir en cada situación.
Los días han ido pasando y nosotros nos hemos ido concienciando y aprendiendo a convivir con este virus en las empresas
Desde mi punto de vista, ha sido algo fundamental la formación e información, a través de las cuales hemos ido resolviendo las diferentes dudas que nos iban llegando por parte de nuestros empleados, entre las cuales recogemos las más significativas y que nos llevaron a debatir mucho en nuestro día a día:
¿Cómo nos afectó la mascarilla protectora en nuestros procesos con mayor actividad física y que solución se les dio?
Hay que partir de la base de que dentro de nuestros procesos de trabajo hay algunas tareas donde se requiere de algún esfuerzo físico, donde el uso de mascarilla era bastante incompatible con la tarea a realizar, resultando un disconfort laboral muy elevado al trabajador. Para resolver este tema comenzamos por diseñar cómo el trabajador podría realizar su trabajo sin la necesidad de utilizar la mascarilla pero que a su vez la zona de trabajo fuera segura para él y los demás colaboradores. La solución nos la dio la reestructuración de tareas y tiempos, es decir, en una tarea que se hacía durante 2 horas por 2 operarios se pasó a realizar por 1 operario 1 hora, con una separación mínima de 2 metros y con su debida desinfección del puesto de trabajo cuando se realizara el relevo. Esto se fue aplicando en todos los procesos hasta reestructurar de manera completa todo el proceso de producción, manteniendo la misma producción. Por otra parte, en los trabajos que no se pudo reestructurar se instalaron mamparas protectoras. Esto lo seguimos aplicando a día de hoy con muy buenos resultados pues hemos conseguido “0” contagios hasta la fecha.
¿Podemos utilizar pantallas protectoras en lugar de mascarillas?
Este fue un tema recurrente por parte de todos nuestros colaboradores/as y difícil de definir. Si nos vamos a la cuestión principal de sus funciones como EPI, que sería la de evitar cualquier tipo de fluido hacia la persona que tenemos en frente, la verdad nos resulta bastante parecida la solución: tanto mascarillas como pantallas protectoras hacen la función de frenar esas partículas y que no recaiga ningún tipo de fluido hacia la persona que tenemos delante. Pero si es cierto que hay que tener en cuenta una particularidad y es que las pantallas protectoras no nos protegen de manera estanca todo nuestro fluido. Por poner un ejemplo: si estornudamos, si es cierto que con la pantalla no estornudaremos encima de ninguna persona, pero por las partes inferiores de la pantalla protectoras, que está abierta, dejaremos que se esparzan en el ambiente las partículas, con lo cual era arriesgado dejar solamente que el personal fuera con pantalla protectora. Lo más seguro para cuando no tienes una distancia prudencial de más de 2 metros fue el implantar de manera obligatoria la mascarilla y dejar como complemento adicional y voluntario la utilización, además, de la pantalla protectora.
En definitiva, fue trasladar a todos el conocimiento necesario para convivir día a día con el virus de la manera más fácil e higiénica posible.
El camino será largo, pero con una actitud siempre enfocada a la seguridad y salud de nuestros trabajadores no hay duda de que saldremos adelante
Una vez conseguimos implantar el protocolo de actuación para prevenir contagios por Covid-19 y concienciar a todo el personal, el siguiente paso fundamental para nosotros fue proteger a toda la plantilla que a causa de alguna patología propia podría ser más vulnerable al virus. Nos reunimos con cada uno de los trabajadores para tener controlado cuales de ellos pudieran tener una patología incompatible con el virus y se lo comunicamos a nuestro SPA (Servicio de Prevención Ajeno), el cual nos dio las pautas a seguir con cada caso. Se tomaron varias medidas sobre la plantilla especialmente sensible, pero una de las más drásticas fue apartarlos de todo contacto con aquellos proveedores externos que pudieran acceder a nuestras instalaciones para la carga o descarga de material o por algún mantenimiento puntual. De esta manera, conseguíamos mantener una “población burbuja” dentro de la empresa y aislar completamente a personal sensible a nuevos contactos.
Al mencionar el tema de los proveedores, hay que destacar que han sido un verdadero reto ya que dentro de ese protocolo que hicimos al comenzar la pandemia tuvieron un papel fundamental. Se realizaron muchas formaciones, haciendo especial hincapié en cómo deberíamos recibirlos y actuar una vez estuvieran dentro de nuestras instalaciones.
Los días han ido pasando y nosotros nos hemos ido concienciando y aprendiendo a convivir con este virus en las empresas. Por mi parte, agradecer el enorme esfuerzo que todo el personal de Supersafe ha hecho para conseguir un ambiente de trabajo lo más seguro posible para la salud de todos, pese a las dificultades que eso ha supuesto. De ahí podemos estar orgullosos que hemos tenido “0” contagios en nuestra empresa desde que comenzó esta pandemia, hasta el día de hoy.
Nos queda mucho que aprender, y el camino será largo, pero con una actitud siempre enfocada a la seguridad y salud de nuestros trabajadores no hay duda de que saldremos adelante, reforzados y más fuertes que nunca.