Cuatro ejercicios sencillos que puedes hacer en la oficina para evitar dolores musculares

Diseño antropométrico y ergonomía.
Gertrudis Bujalance

El dolor de espalda es una molestia física que sufrimos buena parte de las personas en mayor o menor medida, con frecuencia durante la jornada laboral. Como regla general el mejor remedio para aliviar las tensiones musculares es practicar ciertos ejercicios sencillos que ayuden a sentirnos mejor.

La epidemia invisible: el sedentarismo laboral

Uno de los grandes inconvenientes de una oficina es la obligación de pasar numerosas horas seguidas en una postura fija ante ordenador. Los motivos principales de los dolores de espalda y las tensiones cervicales son las malas posturas prolongadas durante horas sobre la silla de trabajo, sin descartar las posiciones incorrectas mientras caminamos.

Esta dolencia no afecta solo a una minoría de la población, sino que la padece el 80% de la población occidental. Millones de oficinistas experimentan estas molestias de manera puntual, pero también a diario, de forma crónica.

Como demuestran las estadísticas, la oficina más plácida y de apariencia inocua puede ser el decorado donde se generen un elevado número de lesiones. Es frecuente que la imprudencia y la desinformación de los propios trabajadores propicien rutinas nocivas para la salud y efectos colaterales de magnitud variable.

Ejercicios sencillos que puedes hacer en la oficina

1. Relajar los hombros

Tras llenar los pulmones de aire, alza los hombros manteniendo los brazos paralelos al cuerpo. Al cabo de unos segundos, deja caer los hombros a la vez que sueltas el aire. Este movimiento repetido varias veces sirve para relajar el estrés de la franja cervical y reducir el dolor de cuello.

2. Flexibilizar el cuello

Este ejercicio para destensar el cuello implica una primera parte de movimientos de rotación. Lo puedes hacer de pie o en tu silla de trabajo, pero en ambos casos debes mantener la espalda recta. Consiste en girar la cabeza en redondo sobre los hombros, primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda, efectuando un círculo entero. A continuación, debes mover la cabeza hacia un lado, mirando al frente, y después hacia el otro. Después debes girar la cabeza a la derecha, como si quisieras ver algo en esa línea de visión, después girarla a la izquierda. Todos estos movimientos deben hacerse a diario al menos durante diez minutos.

3. Estirar los músculos trapecios

Desde tu asiento, sin levantarte, agarra la silla con la mano izquierda. Con la mano derecha ladea la cabeza hacia la derecha de manera que logres destender el músculo trapecio izquierdo. Imita este movimiento, pero hacia el costado opuesto y cambiando de mano. Repite varias veces la operación, a ambos lados. Esta sencilla acción te sirve para estirar los trapecios y mejorar la agilidad del cuello.

4. Caminar intermitentemente

No desaproveches ninguna circunstancia que te permita hacer ejercicio durante la jornada laboral, tanto caminando como simplemente poniéndote en pie. Por supuesto, las escaleras son una oportunidad que no debes desperdiciar.

Procura mover las piernas cada hora, aunque sea durante cinco minutos. Un buen truco es hablar por teléfono dando una vuelta por el lugar de trabajo, cosa que además sirve para alejarte de tus compañeros más próximos, evitando molestar con el sonido de la conversación. Además, puedes hablar de asuntos profesionales con tus colegas de viva voz, en vez de por email. Y si tomas el café en la zona común, darás los paseos correspondientes.

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