Obviamente la seguridad y salud en el trabajo en el pasado año se ha visto condicionada por la incidencia del COVID-19 ya que éste ha provocado cambios estructurales en muchos centros de trabajo de autónomos pero también en sus relaciones personales con empleados, clientes, proveedores etc. En definitiva ha cambiado su forma de trabajar, la de todos.
El virus ha desencadenado trágicas muertes pero también ha provocado daños no solo en la salud física sino también en la emocional dado el estrés y ansiedad producida por la incertidumbre sobre el futuro de nuestros negocios. Además, estos daños se proyectarán a medio y largo plazo debido a los efectos crónicos que ya empiezan a identificarse por el incremento del cierre de actividades que constituye un factor determinante en los riesgos psicosociales. Por otro lado, la actual crisis también abre nuevos retos para la seguridad y salud en el trabajo, no solo por la aparición de nuevos riesgos emergentes derivados del teletrabajo (riesgos ergonómicos, tecnoestrés, largas jornadas, doble carga…) sino también porque empieza a desarrollarse una nueva forma de combatirlos a través de la telemedicina, formación e-learning e información al trabajador mediante la e-prevencion.
El reinicio de la actividad durante el periodo de desescalada hizo necesaria una reorientación de la actividad preventiva en la que se han tenido que integrar las medidas de prevención frente a la COVID-19 (mamparas de protección, reformas para la adecuada separación, ventilación, aforos, mascarillas, dispensadores de gel….) exigidas por las autoridades sanitarias para garantizar unas condiciones de trabajo seguras y evitar contagios, pero ¿esta integración se han llevado a cabo correctamente en los negocios?
Dificultades para el trabajador autónomo
Sin duda los trabajadores autónomos no lo han tenido fácil. El exceso de medidas restrictivas, la falta de concreción de las órdenes administrativas o la diversidad de posibilidades han provocado confusión e inseguridad en la mayoría de los sectores. A esta situación debemos añadir el papel poco relevante de los organismos públicos encargados de velar por las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, cuya respuesta ha sido tardía e insuficiente.
La inmensa mayoría de los autónomos no han recibido asesoramiento específico ante las exigencias sanitarias a pesar de la creciente preocupación en los negocios por la seguridad tanto del cliente como propia. Sólo a través de las asociaciones se han canalizado y distribuido tanto material como asesoramiento. Muchos autónomos, desorientados, han invertido lo que no tenían en medios de protección ineficaces o no homologados en una carrera suicida por abrir su establecimiento para poder afrontar los costes fijos de cada mes.
La ausencia casi total de ayudas públicas para adquirir estos elementos de protección o la insuficiencia de las aprobadas con carácter general por las distintas administraciones ha supuesto que hoy uno de cada diez autónomos se plantee cerrar en los próximos meses ya que de cada 100 € que hemos perdido este año solo nos han devuelto desde las admnistraciones públicas, de todos los niveles, 15 € en ayudas mientras que en otros países de nuestro entorno como Alemania esta cuantía sube hasta los 75 €.
Asesoramiento
Desde marzo hemos asesorado en ATA más de 130.000 autónomos principalmente en dos cuestiones, ayudas y prevención, lo que muestra la desinformación y abandono que hemos sufrido los autónomos por parte de las distintas administraciones en un aspecto tan crucial como es nuestra seguridad. Queda el consuelo de haber conseguido que los más de 35.000 autónomos afectados por covid 19 en la primera ola no tuvieran que seguir pagando cuota y se les asemejara su baja a una contingencia profesional.
Lo cierto es que hasta que se vaya completando el calendario de vacunación, los autónomos no tendrán mas remedio que identificar los puntos críticos de su entorno laboral para autoprotegerse y evitar el riesgo de contagiar a sus clientes, trabajadores y familias. Mascarillas, distancias de seguridad, geles hidroalcoholicos, ventilación y limitación de aforos siguen siendo las medidas preventivas más recomendadas.
Igualmente, recomendamos el espacio web especifico para COVID-19, creado por INSST, en el que se han publicado 67 documentos técnicos, entre guías, protocolos y otros documentos divulgativos, en particular relativos a las características y uso de equipos de protección.
Esta grave pandemia está aún lejos de vencerse y necesitamos aunar esfuerzos para superar esta crisis, sin duda la situación sanitaria va a repercutir positiva o negativamente en nuestros negocios cuya recuperación tardará. Desde ATA trabajaremos para extender las ayudas a los autónomos al menos hasta mediados de año, sin ellas, nuestro tejido productivo es inviable.