Una erupción volcánica es un evento de gran magnitud que tiene asociados diferente tipos de riesgos para las personas. Los volcanes pueden producir cenizas, gases tóxicos, flujos de lodo (lahares), flujos de lava y flujos rápidos de gases calientes y escombros (flujos piroclásticos).
Las cenizas y los gases emitidos por los volcanes pueden ser tóxicos y están relacionados con la irritación de los ojos, la piel y la garganta y un amplio rango de efectos respiratorios, incluyendo ataques de asma. Ante ello, es importante las medidas de prevención para minimizar el impacto que pueda tener en la salud de las personas trabajadoras.
Las empresas, a través de su modalidad organizativa (por ejemplo, el servicio de prevención), deben identificar el riesgo de exposición que ello supone para su personal y adoptar las medidas de prevención y protección adecuadas en función del riesgo.
Por todo esto, el Instituto Canario de Seguridad Laboral (ICASEL), ha elaborado un documento con el objetivo de asesorar en el ámbito laboral a las personas que se puedan ver afectadas por el polvo de ceniza generado por el volcán que afecta a la isla de La Palma.
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