José Luis Torres Paterna
José Luis Torres Paterna Técnico Superior PRL Navantia

Seguridad Laboral: soldadura en el sector naval

construcción naval

La soldadura es uno de los procedimientos de fabricación más utilizados en la industria del metal y en particular del sector naval, siendo hoy día los soldadores, uno de los gremios primordiales en el proceso de fabricación/reparación de buques.

La soldadura (unir o juntar dos o más piezas metálicas diferentes usando calor, presión o ambas, con o sin aporte de material) se llevan realizando desde la antigüedad. Fue a finales del s. XIX cuando el hombre empezó a cambiar el método de soldar en fragua por los diferentes tipos de soldadura que hoy conocemos. La construcción naval fue introducida plenamente en la 2ª Guerra Mundial cambiándose la técnica de remachado por la de soldadura para conseguir buques más rápidos y con mayor capacidad.

Los tipos de soldadura más habituales en construcción naval son:

  • Soldadura manual con electrodos revestidos.
  • Soldadura semiautomática de hilo continuo (MIG/MAG).
  • Soldadura TIG.
  • Soldadura de arco de plasma.
  • Soldadura por arco sumergido.
  • Soldadura oxiacetilénica.

Como consecuencia de ello, el soldador puede estar expuesto a diferentes agentes contaminantes de origen físico (ruido, vibraciones, temperatura, radiaciones) y/o de origen químico (polvos, humos y gases tóxicos).

Los riesgos más comunes que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar un puesto de soldador son:

Proyección de fragmentos o partículas: debido a descascarillado de la soldadura, gotas del metal fundido, uso de radial, etc.

– Quemaduras: debido a partículas desprendidas del material fundido, temperatura de las piezas soldadas, etc.

– Riesgo eléctrico: principalmente por uso de equipos en tensión, causados por contactos eléctricos directos o indirectos, tales como; deficiente aislamiento/conexión/tensión, soldadura con guantes húmedos, etc.

– Radiaciones ópticas: se trata especialmente de radiaciones no ionizantes de tipo ultravioleta, infrarroja y/o visible, que pueden ocasionar lesiones en la piel y principalmente, en los ojos, tanto a los soldadores como a los trabajadores próximos.

– Riesgos respiratorios: producido por exposición a contaminantes y productos químicos generados en el proceso al calentar y descomponer los materiales presentes en la zona a soldar, formando los llamados “humos de soldadura”, causados por; las piezas a soldar (material base), el recubrimiento de dichas piezas, el material de aportación (electrodo, hilo, etc..), reacción del proceso con el aire circundante, gases de protección utilizados, falta/deficiente sistema de extracción, etc.

Incendio, explosión o asfixia: principalmente causados por; presencia de focos de ignición y materiales combustibles en la zona, fuga de gases o líquidos, trabajos en espacios confinados, atmosferas sobreoxigenadas, formación C0 por mala combustión, etc.

Medidas adecuadas para el control de riesgos

Como vemos, la soldadura en sí constituye una actividad generadora de múltiples riesgos para la seguridad y salud de los trabajadores no solo en el sector naval y por ello es fundamental que estos se identifiquen y controlen tomando las medidas adecuadas para minimizarlos y/o eliminarlos.

Las medidas preventivas generales a determinar en los trabajos de soldadura consistirán en:

Actuaciones sobre el foco contaminante (no siempre posible):

– Eliminación/ sustitución de contaminantes.

– Aplicación de procesos de soldadura con menor contaminación.

Actuaciones sobre la propagación de los contaminantes:

– Extracción localizada (actúa sobre el foco directamente).

– Ventilación general (complementaria a la localizada).

– Epis: Protección respiratoria FFP2/FFP3 (siempre incluso al aire libre).

Actuaciones sobre el propio soldador:

– Uso de otros Epis; botas, guantes, mandil, pantalla soldador, etc…

Buenas prácticas del soldador:

– Cultura preventiva.

– Formación e información.

Primeros pasos

Antes de comenzar a soldar, es importante identificar los peligros y evaluar los riesgos, los cuales dependerán principalmente del: tipo de soldadura, los materiales (metal base, revestimientos, electrodos, etc..), y de las condiciones ambientales; al aire libre o en un espacio reducido/limitado. El conocimiento de los riesgos y de las medidas preventivas a aplicar es el primer paso para evitar accidentes y/o enfermedades profesionales derivados del desarrollo de la soldadura durante la vida laboral.

Un caso especial: “trabajos de soldadura en espacios confinados”, donde puede crearse fácilmente una atmósfera inflamable, asfixiante o explosiva, ya sea por reacciones químicas de los materiales a soldar, causado por humos/gases del recubrimiento, restos de líquidos impregnados, etc. Además, de otros problemas como; falta de espacio, extracción/ventilación inadecuada, deficiente iluminación, etc. Una característica fundamental de los accidentes en estos lugares es la gravedad de sus consecuencias por no adoptar las medidas de seguridad necesarias, como; disponer de permiso de trabajo, medición de atmosfera interior, extracción/ventilación adecuada, vigilancia externa, limpieza, etc.

En conclusión, aunque la soldadura ha sufrido un enorme desarrollo durante el último siglo, los riesgos son casi idénticos desde que empezó su uso en la construcción naval. Es una actividad con gran demanda y que requiere habilidad, técnica y conocimiento para su ejecución, pero donde trabajar de forma insegura y sin tomar las medidas preventivas y/u organizativas adecuadas puede ser peligroso a corto y largo plazo para la salud de los soldadores.

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