Saber gestionar de forma idónea el factor humano es una ventaja competitiva en todas las organizaciones, independientemente del sector, ya que contar con un capital humano alineado a la política empresarial nos permitirá obtener muchos beneficios internos. El mundo de la prevención de riesgos laborales no es una excepción.
En la prevención una de las funciones básicas es la mejora preventiva continua. Esta mejora no es solamente una tarea de los técnicos de prevención ya que la clave para desarrollarla es el factor humano, y poder contar con el apoyo de los operarios es primordial.
Es obvio que es importante tener la confianza y el respeto tanto de los encargados de las secciones presentes en el proceso productivo como de los operarios. Contar con la inestimable ayuda de todos los miembros de la organización nos va a permitir evolucionar en todos los ámbitos preventivos. Al final, los trabajadores que participan en el proceso productivo son los que conviven durante la jornada laboral con toda la maquinaria y los elementos existentes en un espacio de trabajo, y son ellos los que conocen mejor que nadie su comportamiento y todos los peligros y riesgos reales inherentes a ellos.
Un primer paso para conseguir esta relación entre los técnicos de prevención y el resto de la plantilla es aprovechar los procesos de acogida de los nuevos empleados, al igual que los procesos de cambios de puesto de trabajo. En ellos se inculca al operario el conocimiento de los diferentes riesgos de la sección y se crea una oportunidad de mantener una conversación con un intercambio de información, la cual nos permite recibir un buen feedback de mejora. En los diferentes estudios que se han realizado sobre accidentabilidad laboral se ha comprobado que el personal con poca experiencia en una organización o en un nuevo puesto de trabajo tiene más probabilidad de sufrir un accidente. Por tanto, es muy importante hacerles ver que tienen total libertad para mantener una conversación abierta con los técnicos de prevención cuando lo necesiten, sobre todo para comentar las posibles ideas de mejora que se les pueda ocurrir en su día a día. De esta forma, surge una oportunidad magnífica para introducir una política preventiva basada en la comunicación continua.
Otro punto importante es contar con la opinión de los operarios con mayor experiencia; parece algo obvio, pero no siempre se realiza. En muchas ocasiones no han sido escuchados, y otras veces no se les ha dado el valor que merecen. Dichas ideas de mejora nos pueden aportar mayor seguridad en la maquinaria, mejoras en seguridad vial, elección de posibles EPIs de cara a la realización de los trabajos de forma segura, mejoras en las plantas de producción, mejoras en el clima laboral y disminución de riesgos psicosociológicos, implementación de medidas contra Covid-19, entre otros.
Esta práctica de política preventiva nos repercute de forma favorable en un mayor número de acciones correctoras iniciadas para la mejora preventiva global, de las que una parte considerable de ellas han sido fomentadas por los empleados de la organización, y tras un estudio de forma conjunta se han desarrollado para conseguir esa mejora preventiva que todos buscamos.
Meta
Realmente la meta a conseguir es construir una especie de “equipo de prevención”, formado por empleados de cualquier ámbito y puesto de trabajo, sin importar su posición en el organigrama empresarial. Dentro de este equipo contaremos con personal comprometido con la política preventiva y que es capaz de guiar a sus compañeros a la hora de realizar los trabajos. Cualquier miembro del equipo es consciente de cuando un compañero está realizando sus trabajos de una forma no óptima y con riesgo para su salud, y es el primero en corregirle y explicarle las buenas prácticas preventivas que se deben aplicar dentro de la organización. Mediante este eslabón, se construirá una cadena cada vez más fuerte en la que todos forman parte de la prevención, partiendo de pequeños grupos autónomos que se unen en una organización más grande. Esto nos aportará el beneficio de que se instaure de forma real y efectiva una política preventiva a todos los niveles.
A parte de contribuir a la mejora preventiva continua, nos permitirá aunar fuerzas para conseguir el objetivo que siempre se busca en la prevención de riesgos laborales, tener 0 accidentes laborales. Esto se consigue con la implicación y la participación de todas las personas, y lo que facilita su consecución es el tener un equipo que cree en ello y que tiene claro que cuantos menos riesgos haya y cuanto más se respete la prevención de riesgos laborales, más posibilidades habrá para poder conseguir un mundo laboral mejor.