Cuando hablamos de elementos de protección personal (EPP), automáticamente se nos viene a la mente la imagen de un obrero, con su correspondiente casco, zapatos o botines de seguridad, un sistema anticaídas si trabaja en altura, guantes, etc. Pero quienes nos dedicamos profesionalmente a la seguridad sabemos que existen incalculables puestos de trabajos, con innumerables riesgos y numerosas actividades que brindan empresas privadas, profesionales independientes y entidades estatales de toda índole.
Dentro de la gama de instituciones pertenecientes al estado están las fuerzas policiales o de seguridad cuyos integrantes, al cumplir sus actividades laborales, deben ser dotados de los EPP adecuados.
Un caso muy particular es el del operador de la Brigada o Unidad Especial de Explosivos, cuyos riesgos a los que está expuesto posee características muy especiales.
¿Qué funciones cumple el personal del Área de Explosivos?
Desde mi visión y experiencia de haber formado parte entre los años 1989 y 1995 del entonces Departamento Explosivos de la Policía Federal Argentina, tanto en aquellos años como en la actualidad, la función que desempeñan los integrantes se la puede dividir en tres áreas.
a) Función de prevención.
b) Función de neutralización y mitigación.
c) Función de investigación.
A continuación, explicaré brevemente qué acciones se desarrollan en cada una y la manera que debemos proteger a los operadores.
a) Función de prevención
La mismas constan de inspecciones rutinarias o previas al inicio de actos, conmemoraciones, con la presencia de dignatarios o funcionarios de relevancia, tanto nacionales o extranjeros, sesiones del congreso, etcétera o simplemente en aquellos lugares donde exista una amenaza telefónica, escrita o de otra modalidad, sin percibirse la presencia de un artefacto sospechoso. En estos casos, la protección que debemos considerar para el operador es la utilización de calzado antiestático consistente en un puente contacto flexible de acero inoxidable, inserto en la plantilla, produciendo la descarga a tierra mediante un borne metálico ubicado en el taco.
Este tipo de calzado lo protegerá al anular el peligro que representa la presencia de energía estática, interfiriendo en un iniciador (detonador eléctrico) y de esa manera accionar el artefacto explosivo que se intenta detectar.
Asimismo, este tipo de protección actúa sobre el estado psíquico del operador ya que está comprobado que, al estar expuesto a este tipo de energía, incrementa la fatiga y aún más teniendo en cuenta que muchas veces esta actividad de prevención se puede extender en el tiempo.
Respecto a la protección ocular, estará expuesto a proyección o exposición a sustancias sólidas, liquidas y gaseosas, en el caso que se produzca una deflagración o explosión accidental o no esperada; por lo tanto, deberá ser a prueba balística, del tipo Revision Sawfly Military…
Debe tenerse en cuenta la protección de la cabeza, recomendándose casco de seguridad y protectores tipo copa balísticos, que permiten mantener una conversación normal y en caso de producirse una detonación, reduce los niveles de ruido a 50 dBa.
Debe tenerse en cuenta la protección de la cabeza, recomendándose casco de seguridad y protectores tipo copa balísticos
Existen otros elementos, que si bien no constituyen EPP, protegerán al personal que cumple funciones de preventivas como ser:
- Asistencia de canes detectores de explosivos.
- Espejos para observar lugares inaccesibles.
- Inhibidores de señal para evitar la activación de artefactos irregulares.
- Iluminación personal.
- Sistemas de rayos X.
- Otros.
b) Función de neutralización y mitigación
Una vez que fue detectado un presunto artefacto explosivo, se aplicarán acciones tendientes a su neutralización, incrementándose marcadamente la protección para el operador de la brigada de explosivos.
Cuando reacciona un artefacto regular o irregular, produce una onda explosiva que se propaga en todas direcciones y al colisionar la onda en el cuerpo del operador, provoca una aceleración en su cuerpo con fatales consecuencias.
En las últimas décadas, han evolucionado notoriamente los trajes de protección. Recuerdo cuando comencé a cumplir funciones en la década de 1980, que aún utilizábamos el modelo de casco estándar de origen británico denominado MK II, con protección facial y se complementaba con un chaleco antibalas.
En la década de 1990 fueron adquiridos los primeros trajes de origen canadiense denominados Body Armour EOD 9 (Explosive Ordnance Disposal).
Actualmente, se encuentra en el servicio el modelo EOD 10 y 11, lo que redunda en una mayor protección personal para el operador.
Características de los trajes EOD
Poseen un saco superior que provee de protección al torso en la parte frontal y trasera junto a un cuello alto que junto al casco y visor otorga una cobertura total de esa parte del cuerpo.
Cuenta con un sistema de atenuación de explosiones y aumento de presión que provoca una disminución de un 65%, de acuerdo a una experiencia realizada con una carga de explosivo C4 a una distancia de 3 metros.
Dispone de un protector inguinal integrado abarcando esta zona del cuerpo en 360°, sin impedir movimientos de los miembros inferiores.
El anterior dispositivo se complementa con pantalones protector de columna trasero y cubrebotas que además de darle mayor flexibilidad, otorga cobertura de fragmentos a las piernas construido a base de capas balísticas, articulado al protector de columna trasero para absorber y distribuir los impactos producidos por la onda explosiva y por último posee cubrebotas desmontables para darle protección a los pies.
Debe tenerse en cuenta la protección de la cabeza, recomendándose casco de seguridad y protectores tipo copa balísticos
En cuanto al riesgo que representan las altas temperaturas y la combustión, la tela posee un tratamiento retardante del fuego, además de la protección al incremento térmico súbito.
Respecto a la protección craneana, está constituido por un casco de seguridad construido a base de fibras de kevlar, complementado con un visor de policarbonato termoformado y materiales compuestos y el visor externo a base de metracrilato polimetílico.
A su vez, como el operador queda totalmente aislado y sellado con el medio (encapsulado), necesita en el casco un sistema de ventilación que le brinde, no solo el aire necesario para respirar, sino también la circulación del mismo para evitar que se empañe el visor y reducir la temperatura.
Por último, debe poseer un sistema de control remoto que controle todas las funciones del casco, como la ventilación, las luces de búsqueda, las comunicaciones, etc., colocado en una de las mangas del traje.
En síntesis, el traje constituye un verdadero sistema de protección integrado.
Otros elementos de protección personal
Estarán constituidos por los distintos dispositivos que reduzcan la exposición frente al presunto artefacto explosivo como ser disruptores a base cartuchos, micro cargas, equipos de rayos X, videoscopios, etc., es decir, sistemas que disminuyan la vulnerabilidad frente al riesgo de explosión.
Una vez que detectado un presunto artefacto explosivo, se aplicarán acciones tendientes a su neutralización
c) Función de investigación
Comprende todas aquellas actividades postexplosión, basándose en la recolección de evidencias que, una vez analizadas, se pueda determinar las características del artefacto reaccionado.
Se entiende que una vez arribado este personal al lugar del hecho, ya no existe la presencia del riesgo de explosión; por lo tanto, la única protección que deben contar es frente a los riesgos mecánicos golpes, cortes, caídas, etc., propias de un escenario donde ha ocurrido una explosión.
Conclusión
Es fundamental dotar al operador de explosivos con el mejor equipo de protección, debiendo sintetizar seguridad, comodidad y capacitación, esta última una de las mejores protecciones con que puede contar.
