El estrés térmico por calor es una de las preocupaciones más serias en lo relativo a prevención de riesgos laborales.
En este sentido, las altas temperaturas han de ser tenidas en cuenta en todos los sectores, pero especialmente en entornos en los que los trabajadores estén expuestos a condiciones de calor extremo y, sobre todo, si sus tareas conllevan esfuerzos físicos.
Para prevenir el estrés térmico y proteger a los empleados de sus riesgos asociados, es esencial adoptar las medidas preventivas adecuadas y dar a las altas temperaturas la importancia que tienen a nivel de salud.
¿Qué es el estrés térmico por calor y por qué es un peligro en el trabajo?
Al hablar de estrés térmico por calor, estamos hablando de una condición médica que se produce cuando el cuerpo se expone a temperaturas extremas y no puede regular por sí solo su temperatura interna.
En condiciones normales, el cuerpo humano mantiene una temperatura media de aproximadamente 37°C, gracias a mecanismos propios de termorregulación, como la sudoración o la dilatación de los vasos sanguíneos en la piel. Sin embargo, cuando estos mecanismos son insuficientes debido a que el calor se vuelve excesivo o la humedad es demasiado alta, el cuerpo puede comenzar a sufrir.
Y es este punto donde hace su aparición el estrés térmico, que conlleva riesgos para la salud asociados, como la alteración de la función corporal, la exacerbación de enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes, etc), la deshidratación… E incluso los golpes de calor, la forma más grave de estrés térmico.
Riesgos del estrés térmico por calor en el entorno laboral
Como ya has visto, el estrés térmico por calor en el entorno laboral representa un riesgo significativo para la salud y la seguridad de los trabajadores, sobre todo en industrias que operan en exteriores o en ambientes cerrados sin una climatización adecuada.
Además de conducir a múltiples riesgos laborales, el estrés térmico por calor también puede afectar negativamente la productividad y eficacia en el trabajo.
A continuación, pasamos a detallar los principales riesgos asociados con el estrés térmico por calor en el ámbito laboral:
- Aumento de accidentes y errores: El calor extremo afecta la capacidad cognitiva y la concentración, lo cual puede llevar a un aumento en la tasa de errores y accidentes laborales. Los trabajadores pueden experimentar mareos o desorientación, aumentando el riesgo de caídas, especialmente en trabajos que requieren el uso de maquinaria pesada o la realización de tareas en alturas.
- Golpe de calor y agotamiento: Es la forma más grave de estrés térmico. Se caracteriza por una temperatura corporal superior a los 40°C , que deriva en confusión, delirios, convulsiones y, en casos severos, pérdida de conciencia y colapso. Puede llegar a ser fatal si no se trata de manera inmediata.
El agotamiento por calor, aunque menos grave, también puede afectar seriamente la salud y resultar en síntomas como debilidad, náuseas y desmayos, lo que requiere atención médica y puede terminar convirtiéndose en una ausencia laboral prolongada.
- Problemas crónicos de salud: La exposición prolongada a altas temperaturas puede exacerbar condiciones de salud preexistentes como enfermedades cardíacas, respiratorias o complicaciones relacionadas con la diabetes. Además, también puede conducir a problemas crónicos de salud, como la insuficiencia renal, debido a la deshidratación recurrente y al esfuerzo constante sobre el sistema circulatorio.
- Desgaste físico y mental: La exposición continua al calor intenso conlleva un desgaste físico y mental acumulativo. Este estrés prolongado disminuye la eficacia del trabajador a la par que contribuye al desarrollo de trastornos psicológicos relacionados con el estrés, como el agotamiento profesional o burnout.
- Disminución de la productividad: Al estar expuesto a calor extremo, los trabajadores pueden necesitar tomar más descansos para hidratarse o enfriarse, y las altas temperaturas pueden hacer que las tareas físicas sean más lentas y laboriosas. Esto se traduce en una disminución del rendimiento general y puede afectar la línea de tiempo y los costes de los proyectos.
Para mitigar estos riesgos, es fundamental implementar medidas preventivas como la adecuada climatización de los espacios de trabajo, el suministro constante de agua fresca, la programación de descansos frecuentes en zonas sombreadas o refrigeradas, y la formación y sensibilización sobre los síntomas y primeros auxilios del estrés térmico.
Además, se deben adaptar los uniformes laborales y EPIs para facilitar la transpiración y la ventilación, así como monitorear las condiciones climáticas para ajustar las cargas de trabajo durante los picos de calor.
Epis y vestuario esencial para combatir el estrés térmico por calor
El equipamiento de protección individual (EPI) y el vestuario laboral adecuado son básicos para combatir el estrés térmico por calor, especialmente en industrias como la construcción, la minería, la agricultura y la manufactura, donde los trabajadores están expuestos a condiciones de calor extremo.
La selección de estos EPIs y vestuario debe estar orientada a maximizar la comodidad y la seguridad del trabajador, a la vez que se minimizan los riesgos asociados con el calor extremo.
A continuación, se detallan algunos de los principales EPIs y prendas de vestir esenciales para proteger a los trabajadores del estrés térmico por calor:
Casco térmico
Los cascos térmicos están diseñados para reducir la acumulación de calor bajo el casco y proteger la cabeza del sol directo. Algunos modelos incluyen accesorios como paneles de sombra y sistemas de ventilación activa que ayudan a mejorar la circulación del aire alrededor de la cabeza. Además, los cascos con revestimientos reflectantes son útiles para reflejar la radiación solar en lugar de absorberla.
Ropa de trabajo ligera y transpirable
El vestuario laboral de verano debe ser ligero y hecho de tejidos transpirables como el algodón o materiales sintéticos especializados que facilitan la evaporación del sudor y mantienen el cuerpo fresco. La ropa debe ser holgada para permitir una adecuada circulación del aire. Son preferibles los colores claros, puesto que reflejan la luz solar en lugar de absorberla.
Chalecos refrigerantes
Los chalecos refrigerantes están diseñados con materiales que pueden retener agua fría o contener paquetes de gel que se enfrían en el refrigerador antes de su uso. Estos chalecos ayudan a mantener baja la temperatura corporal central durante períodos prolongados de tiempo en el calor.
Guantes ventilados
Para trabajos que requieren protección manual sin comprometer la comodidad térmica, los guantes ventilados ofrecen protección mientras permiten una adecuada circulación del aire, reduciendo la acumulación de calor y manteniendo las manos frescas.
Calzado transpirable
El calzado adecuado es importantísimo, sobre todo en entornos donde el calor puede acumularse en el suelo. Los zapatos con materiales transpirables y suelas aislantes ayudan a proteger los pies y reducir la transferencia de calor.
Gafas de sol y protección facial
Las gafas de sol con protección UV son fundamentales para proteger los ojos de la radiación solar directa. Para ciertos trabajos, también puede ser necesario usar protectores faciales que protejan la cara del sol.
Implementar estos tipos de EPIs y vestuario laboral es fundamental para la prevención del estrés térmico por calor, garantizando que los trabajadores estén protegidos, manteniendo un nivel óptimo y equilibrado de rendimiento y seguridad en sus tareas.
Más información aquí
Archivado en: