La imagen pública que se tiene de la profesión de bombero dista bastante de la realidad que viven los trabajadores. La profesión es una de las más peligrosas del mundo, se debe extinguir incendios, rescatar y salvar a las personas, ¿y cómo se hace todo eso y se cuida la salud?
El primer riesgo que puede sufrir cualquier persona en un incendio es el de quemarse. Sin embargo, para los bomberos no es el único: apagar fuegos con frecuencia aumenta notablemente su exposición a cancerígenos, aunque la descontaminación inmediata de la piel después de sofocar un incendio es una forma de reducir su exposición a las sustancias que potencialmente causan cáncer. Así lo concluye un estudio de la Universidad de Ottawa publicado en la revista Environmental Science & Technology de la Sociedad Química Estadounidense (ACS, por sus siglas en inglés).
Pocas investigaciones han analizado antes en incendios reales en qué medida apagar fuegos aumenta la exposición de los bomberos a sustancias nocivas. Cuando la madera, el plástico o los objetos electrónicos se queman, liberan materias dañinas en el aire. Por ejemplo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, que pueden provocar desde efectos agudos en diferentes órganos, como la simple irritación del tracto respiratorio, la piel, la mucosa ocular o nasal, a efectos crónicos carcinogénicos. Además, fuentes del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses señalan que quienes están expuestos a estas sustancias podrían desarrollar cáncer de piel, vejiga, pulmón o diferentes tipos de tumores cerebrales.
Estos elementos pueden entrar en el organismo tanto por vía respiratoria como por vía cutánea. Por ello, los científicos recolectaron muestras de la orina, la ropa y la piel de 27 bomberos de Ottawa (Canadá) antes y después de que sofocaran fuegos entre 2015 y 2016. Los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos en la orina de los participantes fueron de 3 a 5 veces mayores después de sofocar los incendios. Además, el potencial de mutagenicidad urinaria, un indicador de la posibilidad de producir mutaciones genéticas, aumentó cuatro veces.
Los científicos encontraron un vínculo entre los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos en la orina y en la piel de los bomberos: “Hay una relación importante entre los niveles en la orina y los niveles en la piel, lo que nos lleva a pensar que el contacto dermal es una ruta importante de exposición”, señala el autor del estudio, Jennifer Keir.
Este no es el único estudio que analiza el efecto de las sustancias nocivas de los fuegos. Ya en 2013, el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos, basándose en un estudio a 30.000 profesionales, advirtió de que los bomberos tenían un mayor riesgo a desarrollar distintos tipos de cáncer que el resto de la población. Este es el problema en bomberos donde el riesgo de padecer cáncer no proviene por una exposición puntual sino por acumulación de exposiciones durante la vida profesional, lo que produce un incremento en el riesgo de padecer cáncer.
Los científicos encontraron un vínculo entre los niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos en la orina y en la piel de los bomberos
Problemática actual
La doctora Anne Stec, profesora asociada de la Universidad de Lancashire y designada principal experta del Reino Unido en Química del Fuego, habla de la problemática actual que tenemos con los materiales de construcción y el uso generalizado de materiales plásticos que al arder generan gran cantidad de sustancias tóxicas y cancerígenas. Presenta datos interesantes sobre las causas de muerte en bomberos en EEUU donde en el periodo entre 1990 y 2015 se hallaron los siguientes resultados: el 67% murió de cáncer, el 15% por enfermedades cardiacas, el 10% por traumatismos, el 6% por asfixia y 2 % por neumonía.
Aunque en la población general el cáncer también es la principal causa de muerte, en el colectivo de bomberos los datos son especialmente llamativos. Según los datos de bomberos escoceses entre 1996 y 2015, entre los tipos de cáncer que provocaron la muerte de los bomberos en activo se encontraron de manera especialmente elevada de pulmón, de esófago, cerebral, carcinoma, mesotelioma, de piel, etc. Los muchos tipos de exposición y las distintas vías de entrada provocan en los bomberos muchos tipos de cáncer.
La exposición al humo del incendio depende del escenario del incendio, del combustible y tóxicos originados y de los tipos de contaminaciones producidos en los incendios: gases y partículas en el aire, partículas que se depositan del humo y los residuos de un incendio. Es interesante el dato sobre la presencia de sustancias cancerígenas sobre las superficies afectadas por un incendio hasta un mes después.
La piel puede absorber fácilmente los productos químicos y en los bomberos es especialmente permeable en las condiciones habituales de trabajo ya que con un aumento de 5º de temperatura de la piel, la absorción aumenta un 400%. Las evaluaciones de riesgo deben incluir las múltiples vías de exposición por inhalación y por absorción dérmica.
En un estudio realizado recientemente, se tomaron muestras de la piel de 200 bomberos antes y después de entrenamientos con fuego real, hallándose niveles muy elevados de varios cancerígenos (bencenos) especialmente en cuello, manos y cara.
De otro estudio realizado en Reino Unido, desde 2009 hasta 2012, aporta un dato muy significativo al comparar profesiones con condiciones estresantes similares: las muertes por enfermedades cardiovasculares en bomberos es el doble que la registrada entre los policías.
La Dra. Anna Stec concluye:
Que la ropa de los bomberos está contaminada, que esa contaminación perdura en el tiempo y que la piel es otra vía importante de absorción de estas sustancias además de la respiratoria.
El humo de los incendios es el mayor asesino en los incendios y sin embargo el transporte de los equipos contaminados no está regulado ni procedimentado.
Que en bomberos hay mayor incidencia de algunos tipos de cáncer en comparación con la población en general o policías (pulmón, mesotelioma). Desarrollan más jóvenes estos tipos de cáncer.
Propone insistir en el uso adecuado de los ERAs y en la pronta retirada de uniformes contaminados, incluido en las zonas de descanso que además deben estar ubicadas en espacios limpios.
Es necesaria una regulación sobre los humos de los incendios al no haber regulación alguna al respecto.
Aunque en la población general el cáncer también es la principal causa de muerte, en el colectivo de bomberos los datos son especialmente llamativos
Equipos de protección individual
Los equipos de protección individual (EPIs) en bomberos no son solo herramientas de trabajo que permiten realizar la intervención, sino también medios que permiten garantizar la vida, la seguridad y la ergonomía. Los EPIs son garantía de vida frente a la exposición a fuego, humo, calor o sustancias peligrosas (UNE-EN 469:2006). Los equipos de bomberos están definidos como categoría III y esto significa que protegen contra un riesgo grave para la vida o riesgo mortal. Esta catalogación implica tres aspectos fundamentales:
- El propio EPI, su diseño, sus características y sus prestaciones, que le permite pasar las pruebas para su acreditación y marcado CE, con control anual de la producción.
- La conservación y mantenimiento del mismo.
- La formación del usuario en el uso de los mismos.
Los servicios de bomberos deben marcarse como objetivo algunos principios en los que basarse para una planificación, diseño y ejecución de planes que permitan la conservación de los EPIs, respetando los principios de higienización y el marco legal.
Actualmente en España ningún servicio de bomberos tiene planificado desde la salida del siniestro una separación total de la zona contaminada y zona limpia que se mantenga durante todo el proceso. La no existencia de una norma internacional validada por organismos oficiales, que debería permitir un margen de actuación más abierto para encontrar un modelo propio que se ajuste a las necesidades específicas del servicio de bomberos, con todos los requerimientos individuales, y atender a esta demanda del colectivo, se ha convertido en una laguna que deja a los trabajadores bajo la constante amenaza de la enfermedad. Lo que parece poco aceptable, para los bomberos y sus familias, que no se aborde una problemática que es predecible y evitable.
Son más que suficientes los riesgos inherentes a esta profesión como para añadir otros que no deberían existir.
Bibliografía
- CCOO, Servicios a la ciudadanía. Coordinadora estatal de bomberos.
- Dräger.
- Firerescue.
- Fernández-Rodríguez, M., González-González, M. P., Alonso-Martín, M. T., Carrizo, L. R., & Cortés Barragán, R. A. (2016). Contaminación de los equipos de trabajo y riesgo de cáncer de próstata y testículo, en bomberos. Medicina y Seguridad del Trabajo, 62(244), 241-262.