La Medicina del Trabajo es una especialidad médica poco conocida en el ámbito médico. Ello se explica porque en España solo se imparte como asignatura en diez facultades (y no en todas se llama Medicina del Trabajo): esto origina una gran confusión entre el propio colectivo médico, que nos confunden con otra especialidad médica que es la Medicina Preventiva y Salud Pública.
La Medicina del Trabajo se ocupa de la “salud laboral”, la de los trabajadores, y la Medicina Preventiva se ocupa de los pacientes y población general.
Hecha esa aclaración, que me parece muy conveniente, diré también que ambas especialidades tienen mucho que decir de la cobertura vacunal, eso sí, cada una en su ámbito de influencia.
Baste decir que la vacunación de la población trabajadora, es una parte muy importante de la población (20.4 M población activa: INE, marzo 2023).
Calendario de vacunación
Existe un calendario de vacunación para toda la vida, editado por el Consejo Interterritorial de Sanidad, dependiente del Ministerio de Sanidad que recomienda la vacunación no solo en la edad infantil, sino también en edad adulta, y recomienda completar la vacunación en algunas enfermedades si no se ha hecho antes.
Cada comunidad autónoma (17 en total) tiene su propio calendario vacunal para toda la vida, en el que la edad “adulta” comienza a los 15 años (recordemos que se tiene edad laboral desde los 16 años).
Pues bien, en esos calendarios de vacunación se diseñan las pautas de vacunación de la edad adulta, incluso por encima de los 65 años. Todos sabemos que la edad de jubilación alcanzará los 67 años en breve, aunque habrá trabajadores que alcancen los 70 años e incluso más.
¿Quiénes son los encargados de revisar el estado de inmunización de la edad laboral? Exacto: los médicos especialistas en Medicina del Trabajo y también las enfermeras especialistas en Enfermería del Trabajo.
Depende del ámbito donde se trabaje, así habrá que estar vacunado (protegiendo) de las enfermedades correspondientes que supongan un riesgo real de enfermar.
Quiero hacer un inciso para decir que en España tenemos una tasa de vacunación muy alta (sobre todo en edad infantil) y que el acto de la vacunación es voluntario. Sin embargo, no es tan elevado, sino más bien todo lo contrario, en la edad adulta. Esto tiene varias lecturas. Por un lado, en la edad adulta laboral no se tiene la cultura de la prevención en vacunas para uno mismo. Sí se tiene esa cultura en ciertos ámbitos, como es el sanitario (del que hablaré más adelante). Y ello ocurre porque no están bien establecidos los mecanismos para que la vacunación sea accesible a los trabajadores. Esto obliga a diferenciar dos ámbitos del ejercicio de la Medicina del Trabajo: los SPA (servicios de prevención ajenos) y los SPP (servicios de prevención propios), ambos con muchas diferencias de todos conocidas, pero también en cuanto a la actualización del calendario vacunal.
Vacunación en el ámbito sanitario
En el ámbito sanitario (un pequeño porcentaje de esos 20,4 M de trabajadores), sí hay mayor cultura de vacunación, pero los porcentajes de cobertura son muy inferiores a los de la edad infantil.
Sobre todo, si hablamos de la gripe, no existe conciencia de que la vacuna de la gripe sea eficaz (que lo es y mucho). Para ello, es preciso explicar que cada campaña se elabora una vacuna con las cuatro cepas que más incidencia han tenido en el hemisferio sur, pero sin olvidar que el virus de la gripe muta frecuentemente y ello merma credibilidad a dicha vacuna. Los trabajadores sanitarios deben vacunarse (además de otras vacunas) de la gripe para no contagiar a los pacientes a los que tratan y también para no “llevar” de otros ambientes no sanitarios ese virus. La gripe, hay que decirlo, es una enfermedad fundamentalmente infantil: son los niños los que la padecen en mayor frecuencia (si bien en ellos es menos grave) y la trasmiten a los adultos (donde es más grave y puede ser mortal). No hay que confundir la gripe con otras infecciones respiratorias. La gripe “te retira del mercado”. Por ello, alguna comunidad autónoma está indicando la vacunación de la gripe en la edad infantil, lo cual se traducirá en mejor control de esa enfermedad, menor incidencia en la población trabajadora y menor absentismo laboral.
La correcta vacunación de los trabajadores es muy necesaria si queremos evitar enfermedades graves (todas las vacunas existen para protegernos de enfermedades graves).
La vacunación es prevención y si queremos potenciar la salud de nuestros trabajadores, debemos preocuparnos por su correcto estado inmunitario.
La Medicina del Trabajo ha tenido un papel muy visible en la pasada pandemia por SARS-CoV-2 y también a la hora de vacunar de la COVID-19 a los trabajadores.
En definitiva, la vacunación es salud, es prevención y coste-efectiva.
