En el denominado vestuario laboral podemos diferenciar entre prendas que ofrecen protección (y, por tanto, se consideran EPI) y las que no, con lo cual es únicamente una “ropa de trabajo” que no evita peligros, riesgos ni accidentes (por ejemplo, los uniformes).
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En cuanto a la ropa de protección, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo elaboró el año pasado un documento que detalla los siguientes requisitos generales:
Es posible consultar el documento completo aquí: https://www.insst.es/materias/equipos/epi/ropa-de-proteccion/documentacion
Nuestro país cuenta con un importante y notable grupo de empresas que fabrican y distribuyen vestuario laboral. En este número recogemos un escaparate de selectas prendas, muchas de las cuales protegen tronco, brazos y piernas de trabajadores pertenecientes a múltiples y diversos sectores profesionales. De este modo, se evitan situaciones de riesgo que provocarían lesiones, algunas de ellas irreversibles, redundando todo ello en un incremento de la productividad y de la competitividad de las empresas que apuestan por proteger a sus trabajadores.
La tecnología juega un papel fundamental en el desarrollo y diseño de estas prendas, las cuales también toman en consideración la ergonomía, el confort y la comodidad de quienes las usan. Los textiles y tejidos utilizados en su confección tienen en cuenta variables y contextos determinantes a la hora de seleccionar la prenda adecuada, por ejemplo, frente a arco eléctrico, fuego, llama, calor, salpicaduras producidas por metales fundidos que presentan altas temperaturas, prendas ignífugas, protección química, etcétera.
Estamos seguros de que este bloque especial resultará de gran utilidad para nuestros lectores a la hora de elegir las mejores prendas para sus trabajadores.
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