Seguridad vial: 9 consejos para no dormirte al volante

El sueño es la causa directa o indirecta de entre el 15% y el 30% de los accidentes de tráfico sucedidos en España. Los riesgos derivados de la modorra o sopor al volante no solo se dan en las franjas nocturnas. Abundan los accidentes diurnos en los que el adormecimiento es el principal factor. En este artículo te ofrecemos 9 consejos para no dormirte al volante, aplicables tanto para ciudadanos que viajan por motivos privados como para conductores profesionales que se ganan la vida en el sector transporte.

El sueño: riesgo de dormirte al volante

De manera general, las complicaciones repentinas y los imprevistos pueden minimizarse para lograr dominar el vehículo. Pero dormirse al volante implica perder el control de manera absoluta, sin poder reaccionar hasta que tal vez sea ya imposible rectificar. La somnolencia al volante es un escenario que se relaciona con una cifra elevada de accidentes de tráfico, sobre todo en el ámbito profesional.

Los siniestros en que el conductor se queda completamente dormido a menudo tienen resultados mortales o de extrema gravedad. Pero el impacto del sopor sobre tu manera de conducir tiene una relación directa con tu propia seguridad vial y la de otras personas que circulen por la misma vía. Las investigaciones muestran que el abandono de la calzada, la colisión trasera y la invasión de carril las protagoniza a menudo una persona que conduce sin haber dormido suficiente, bajo la influencia de tranquilizantes o con trastornos de sueño.

¿Cómo evitar los accidentes debidos a la somnolencia?

El mejor método para impedir el sueño al volante es mantener unos hábitos de descanso adecuado. Pero en caso de sentir sopor mientras se conduce, lo más seguro es parar a dormir en un lugar adecuado unos 20-30 minutos. De manera general, te sugerimos tener en cuenta estos 9 consejos de la DGT para no dormirte al volante:

  • Las franjas horarias de mayor riesgo son entre las 3 y las 5 de la mañana y entre las 2 y las 4 de la tarde.
  • Procura no hacer trayectos largos, sobre todo si no tienes costumbre o si son por la noche.
  • Lo idóneo es parar a descansar cada 2 horas o cada 200 km. Estos intervalos deberían ser de unos 20 o 30 minutos. Si las circunstancias son adversas —horario nocturno, niebla, lluvia, cansancio— conviene detenerse con mayor frecuencia.
  • Intenta no sentarte en una posición extraña o laxa, que te impida asir el volante con las dos manos de modo constante y estable.
  • El vehículo debe estar aireado y a una temperatura no cálida en exceso. El humo de tabaco y el calor son condiciones que podrían ocasionar somnolencia. La ventilación del coche ha de enfocarse hacia el torso o los brazos, no hacia los ojos.
  • Escuchar música relajante es poco aconsejable en las franjas horarias tendentes al sopor. En caso de viajar con compañía, una buena opción es una charla amena, que ayude a mantenerse vigilante y alerta.
  • No tomes comidas copiosas ni alcohol cuando tengas que conducir. Respecto a los estimulantes (como, por ejemplo, el café o el té), utilízalos con precaución para evitar el efecto rebote.
  • El cansancio es una causa directa del sueño. Por ello, si has estado haciendo alguna actividad extenuante y te ha producido fatiga, es necesario descansar antes de conducir y, una vez iniciado el viaje, debes parar con mayor frecuencia.
  • Con la edad los efectos de la somnolencia son más intensos. Por ello, las personas mayores deben extremar las precauciones y parar más a menudo.

 

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