La comprensión que tenemos de la dislexia está viviendo un cambio de perspectiva sin precedentes. Atrás queda la estigmatización de la dislexia como una barrera para el aprendizaje, típicamente simplificada en las dificultades que una persona manifiesta a la hora de leer y escribir, para dar paso a la potenciación en positivo de las cualidades que lleva consigo el hecho de ser una persona con dislexia.
Esta redefinición de la dislexia como un poder al alza no se produce de forma casual. Actualmente la dislexia afecta a 1 de cada 5 personas y aunque ciertamente es una diferencia genética en la capacidad de un individuo para aprender y procesar información, también lo es que las personas disléxicas tienen capacidades diferentes. Entre sus fortalezas, la creatividad, la empatía, la resolución de problemas y las habilidades de comunicación son algunas de las soft skills más presentes en estos perfiles. Y ahí radica el cambio de paradigma: “Los disléxicos tienen las habilidades exactas que se necesitan para el mundo laboral de hoy en día”, afirma Carol Coleman, directora del área de Soporte al Estudiante de The British School of Barcelona
El pensamiento disléxico, la nueva competencia profesional
El mundo del trabajo está en constante cambio. En la búsqueda de una mayor eficiencia, las organizaciones están considerando la automatización de diversas tareas rutinarias y transaccionales como una oportunidad, lo que supondrá un impacto directo en las competencias organizativas. Esto llevará a sustituir las competencias de procesamiento y manuales por el pensamiento analítico y la innovación, las competencias creativas, o el liderazgo y la influencia social.
En este contexto de rápida transformación, la dislexia podría ayudar a las organizaciones a reducir la brecha de competencias para dar respuesta al rápido cambio y a la disrupción a la que nos enfrentamos. Con mayores capacidades cognitivas, como la visualización y el razonamiento lógico y gracias a los rasgos emprendedores naturales, las personas disléxicas pueden aportar una perspectiva fresca y a menudo intuitiva para formar puntos de vista alternativos y resolver problemas de forma creativa, según afirma Made By Dislexia, una organización benéfica mundial, que en su informe “El valor de la dislexia” descubrió que las habilidades del pensamiento disléxico coinciden con las habilidades del futuro identificadas por el Foro Económico Mundial. De forma más cercana, Infojobs indica que algunas de las soft skills que están empezando a valorar las empresas son la empatía con un 28%, la creatividad con un 19%, la asertividad con un 13% o la curiosidad con un 10%.
Así pues, las personas disléxicas tienen una serie de puntos fuertes naturales que les hacen estar preparados para cubrir este vacío de competencias. Un hecho que ha reconocido LinkedIn, la mayor red profesional del mundo, que ahora ofrece a sus más de 774 millones de miembros la posibilidad de incorporar el pensamiento disléxico como una skill adicional a la hora de completar su perfil y que las empresas puedan seleccionar como un activo más a la hora de buscar candidatos. Grandes empresas como Microsoft o Meta están activamente buscando personas con dislexia en sus procesos de selección.
La educación, clave para liberar el máximo potencial del pensamiento disléxico
Este nuevo enfoque revela el valor de la dislexia y pone de manifiesto por qué la dislexia debe ser una prioridad en los colegios. “Ahora más que nunca es necesario reorientar la visión que se tiene de la capacidad disléxica, alejarnos de los enfoques tradicionales y potenciar los puntos fuertes para ayudar a los alumnos a alcanzar su máximo potencial”, explica Carol Coleman. “No obviamos las dificultades inherentes a tener dislexia, pero hay muchísimos más elementos positivos que superan de largo las dificultades. Tradicionalmente el enfoque se ha centrado en los retos disléxicos, pero esto ha cambiado. ¡Imaginaros lo que podemos conseguir si además de apoyar a los alumnos con las dificultades, conseguimos también destapar las grandes habilidades que tienen! Esto ya lo estamos viendo en el colegio con algunos de nuestros alumnos con dislexia y estamos logrando resultados excelentes” añade Coleman.
Para poner el foco en la importancia de este cambio en la percepción de la dislexia, esta semana The British School of Barcelona celebra la “Semana de la Sensibilización de la Dislexia en BSB” con una serie de talleres y charlas con estudiantes y familias donde compartir ideas y recursos, así como facilitar el intercambio de experiencias entre personas diagnosticadas con dislexia, cómo les ha influido en su vida académica y profesional, y estrategias para sacar el máximo partido de sus valiosas habilidades. “Detectar, apoyar y potenciar las mentes disléxicas, así como concienciar y visibilizar la dislexia en positivo, son la clave para redirigir la dislexia hacia la creación de un talento que se adapta perfectamente al cambiante mundo laboral” concluye Carol Coleman.
El cambio de mentalidad en las escuelas ya ha empezado a materializarse. La ciudad de Nueva York ya ha formado a todo su profesorado, nada menos que 100.000 profesionales, en aspectos fundamentales relacionados con la dislexia en la enseñanza, tales como los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes con dislexia, estrategias y soluciones especializadas, así como herramientas tecnológicas. En el mismo sentido, The British School of Barcelona se ha comprometido a seguir el mismo ejemplo formando a todo su profesorado antes de junio de 2024.
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