La actual crisis energética que vivimos en Europa demuestra que el modelo basado en combustibles fósiles ha quedado obsoleto. La ‘moda’ de ahorrar energía y recortar gastos al máximo está empujando a un número creciente de particulares a adentrarse en el mundo del autoconsumo. Pero el ahorro energético tiene consecuencias imprevistas: los instaladores de placas solares sufren caídas durante su trabajo.
Consecuencias imprevistas del ahorro energético: los instaladores de placas solares sufren caídas durante su trabajo
La manera más económica de hacerlo, legalmente, es mediante la instalación de placas solares en los tejados de nuestras casas, generando una energía limpia, sostenible y barata.
La energía solar, inagotable, rebaja considerablemente nuestra factura de la luz. Pero además, al reducir considerablemente la emisión de CO2 en la producción de energía, contribuye a que España cumpla los objetivos de la Agenda 2030.
La ‘moda’ de las placas solares es peligrosa para los instaladores que trabajan en altura
Por otro lado, instalar placas solares en los tejados de los hogares españoles significa trabajar en altura, lo que a su vez conlleva un peligro si no se toman las medidas de prevención de riesgos laborales necesarias. Es necesario exigir a las empresas una mayor inversión en seguridad y salud; a las instituciones un aumento de medios y mecanismos adecuados para el cumplimiento de las medidas de seguridad laboral; y los propios trabajadores deben reclamar unas condiciones de trabajo seguras para lograr, entre todos, evitar o controlar los riesgos.
Entre tanto, las desgracias se multiplican. En Martos (Jaén), un trabajador sufrió una caída desde tres metros de altura mientras colocaba placas solares en una nave. Estos accidentes se pueden producir también por desprendimientos de las placas solares, como le sucedió a un hombre de 53 años en Mérida.
Accidentes mortales
En el peor de los casos son accidentes mortales que se cobran la vida de los operarios que trabajan en la instalación, como sucedió en Salinas (Alicante), donde los responsables de la empresa tuvieron que sentarse frente al juez.
Asimismo, otro instalador de 34 años falleció en Novelda (Alicante) mientras trabajaba y el caso fue llevado ante la Fiscalía y al Inspector de Trabajo, ya que todo indica que el trabajador no llevaba arnés.
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