La industria química, desde su origen, ha asumido como un valor la seguridad y salud en el trabajo. En BASF, llevamos desde el inicio de nuestra actividad, considerando la seguridad. En 1949, en nuestra central (en Ludwigshafen) implementamos la Comisión de Seguridad en las plantas de producción. En 1955 se creó un grupo de trabajo con los técnicos de seguridad de procesos de todas las unidades y la promoción de la seguridad mediante juegos de mesa (“gamificación”). En 1960 implantamos el permiso de acceso a espacios confinados, en 1970 las campañas regulares de sensibilización en seguridad y en 2014 la digitalización del proceso de permisos de trabajo.
Proceso evolutivo
Este proceso evolutivo ha contribuido a conseguir, hoy en día, unos de los más elevados estándares de seguridad en la industria. Los sistemas de gestión de seguridad de la industria química sólo son comparables a los de las industrias nuclear y aeronáutica con la que buscamos realizar “benchmarking”. La seguridad de la industria nuclear está más enfocada a la protección intrínseca (seguridad de procesos) y en la industria aeronáutica está más enfocada al “Behavior Based Safety” (seguridad basada en el comportamiento).
Todo nuestro “Know How” (“saber hacer”) y buenas prácticas, en los aspectos de PRL y sostenibilidad, lo compartimos y promovemos su divulgación, mediante la iniciativa de la industria química “Responsible Care” por medio de las asociaciones sectoriales: ICCA a nivel mundial, CEFIC a nivel europeo y FEIQUE a nivel estatal.
Los mercados y las necesidades de los clientes de la industria química cada vez son más diversas, y la necesidad de adaptar nuestros productos y procesos a lo que nos piden nuestros clientes colocan a la industria en una situación de flexibilidad y de gestión del cambio, con una velocidad mucho más elevada de lo que estaba acostumbrada. Esta velocidad requiere un enfoque todavía mayor hacia las personas y su cualificación se asume como un factor diferenciador crítico.
Digitalización
Otro factor crucial de adaptación a las nuevas necesidades es la digitalización y la velocidad de circulación de la información asociada (infraestructura 5G). Tendremos que crear procesos digitalizados de una manera ágil, casi instantánea, así como sus respectivas evaluaciones de riesgos.
Para no dispersar recursos y generar valor es necesario concentrar los esfuerzos en los aspectos críticos para el sistema de gestión de prevención de riesgos y sus aspectos básicos de seguridad y salud.
Los principales aspectos del sistema de gestión de PRL son la “evaluación de riesgo-procedimientos/instrucciones-formación-revisión del sistema-incidencias” (los “cinco grandes de seguridad ocupacional”: “The Big Five”). Tenemos que conseguir digitalizar estos procesos que, de una manera flexible, nos permitan adaptarlos, siempre con seguridad, al cambio requerido por nuestros clientes en nuestros productos y procesos.
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